A Kendall Waston también le tocó marcar al joven Jurguens Montenegro. Fotografia: John Durán (JOHN DURAN)
Uno de los detalles más importantes para la final entre Alajuelense y Saprissa eran los duelos en las alturas. Con solo la presencia de Kendall Waston en el campo, esto se convertía en un hecho.
El espigado zaguero de 1.96 metros obliga a los rivales a poner especial atención a las jugadas de balón parado, donde ya ha sido dominante en el campeonato local; testigos de ello fueron el Sporting FC y Cartaginés.
En cada oportunidad, Waston salía de su zona para trasladarse al área defendida por los manudos y ahí la gran tarea estuvo sobre los hombros de Fernán Faerron.
El técnico Andrés Carevic designó al joven de 20 años la responsabilidad de intentar detener a Waston.
Fueron varios momentos en que se vieron frente a frente, como en el minuto 37, cuando el tibaseño recibió la tarjeta amarilla por una disputa sin balón con el manudo.
Cada tiro de esquina era una lucha entre ambos; la experiencia de Kendall frente a la juventud de Faerron, aunque esto no fue impedimento para plantársele al morado.
Eso sí, la exigencia fue al máximo, porque además de la altura, Waston mostraba su “colmillo” para moverse e incluso sacar de su concentración al rojinegro.
Pero el duelo no se limitó a Faerron, también al mexicano Daniel Arreola le tocaba irse frente ante el gigante de Saprissa cuando los tibaseños iban hacia la ofensiva en pelota quieta.
Al final lograron impedir que Waston se convirtiera en arma potente para generar goles o incluso algún tipo de peligro. Esta vez solo tuvo la posibilidad de golpear un balón en las alturas.
Cuando los de casa se iban al frente, el morado se veía ante el delantero Marcel Hernández, quien no la tuvo fácil en las ocasiones que lo marcó Waston.
Si nos enfocamos en esos balones aéreos, Saprissa gozó del apoyo de su defensor más importante en los últimos partidos, pero su gran problema estuvo en otras circunstancias, con faltas cerca del área y cuando dio muchos espacios a los rojinegros.
Ahí los tibaseños perdieron terreno; su rival lo exhibió en uno de los puntos criticados en la era de Wálter Centeno.
La defensa venía de partidos tranquilos, controlados, pero en la segunda mitad contra la Liga el bloque defensivo se fue desmoronando.