La sonrisa de Carlos Mora al bajarse del autobús en Foxboro lo delataba. Acababa de ver la fachada del Estadio Gillette y eso bastó para que su mente volara e imaginara algo de lo mucho que puede darse dentro de ese mítico reducto el miércoles a partir de las 5 p. m. (hora de Costa Rica), cuando Liga Deportiva Alajuelense dispute el partido de ida de los octavos de final de la Copa de Campeones de Concacaf contra New England Revolution.
El extremo derecho tiene ese ADN rojinegro del que tanto se habla que le falta a la Liga y es capaz de defender al equipo de sus amores dentro y fuera de la cancha.
Carlos Mora es el jugador que el día de su matrimonio hizo una parada estratégica junto a su esposa, Pamela Mora, en el Estadio Alejandro Morera Soto. Ellos se tomaron allí la que atesoran como la mejor fotografía de su boda, con su traje de novios, en la gramilla híbrida de la ‘Catedral’.
También es el papá de la pequeña Amanda, la heredera del primer gorrito de la Liga que usó el futbolista cuando era un bebé.
Lo anterior refleja que Alajuelense no es solo un equipo de fútbol o un trabajo para Carlos Mora. La Liga es parte importante de su vida y eso lo llevó a hablar sin miedo de su doble ambición con la institución rojinegra en la Copa de Campeones de Concacaf.
Al consultársele si están obligados a avanzar a los cuartos de final de esta competencia, el jugador no titubeó en su respuesta.
“Nosotros queremos ser campeones de esa copa y tenemos que ir paso a paso. Primero toca contra New England, hacer las cosas de la mejor manera y ya veremos. Es de tener esa humildad, ir paso a paso y con toda la convicción de ganar”, afirmó Carlos Mora.
La pretensión es alta, principalmente con todo lo que les ha costado a los equipos ticos en Concacaf después del marcado dominio de clubes de México y de la MLS, pero también denota el hambre de competir que tiene Alajuelense en el plano internacional, reflejado en las palabras de uno de los jugadores más talentosos que tiene la Liga.
Corresponde a parte de lo aprendido el año pasado en aquella vivencia contra LAFC, cuando cometieron el pecado de no competir en el Estadio Alejandro Morera Soto, donde cayeron por 3-0 y que luego fueron capaces de ir a Estados Unidos y ganar el partido en el Estadio BMO por 2-1, en Los Ángeles.
“Esa vez hicimos un buen partido allá; nosotros perdimos esa serie por perder el partido en casa. Nos esforzamos y demostramos en Estados Unidos que tenemos la calidad para jugar ese tipo de campeonatos e ir adelante por todo. El equipo está convencido y con ganas de asumir ese reto y sacar la serie”, opinó Carlos Mora.
La prioridad para él es el equipo, pero no puede obviar que la Copa de Campeones de Concacaf, catalogada por diversos integrantes de Saprissa como el torneo que sí importa, o la Concacaf de verdad, es una gran vitrina internacional.
“Claramente, es mostrarse, mucha gente ve esos partidos y también es para que muchos se muestren, para que vean que hay potencial acá y cada uno está preparado y tiene calidad para afrontar ese reto”, indicó.
Que obtenga una calificación alta en los partidos de la Liga no sorprende. En realidad, esa es la constante en uno de los hombres más regulares del equipo. Él se ve mucho mejor cuando juega propiamente como extremo, pero se han dado partidos en los que también ha tenido que hacer un rol de lateral, ayudando en labores defensivas.
¿Por qué no es legionario? Esa pregunta se la hacen propios y extraños. Incluso confesó que hasta él mismo lo piensa a veces, pero tampoco se obsesiona con eso. Tiene muy claro que todo pasa por algo y que también las cosas llegan en el momento correcto.
“Al final estoy tranquilo, todo eso lo hablamos mi esposa y yo. Sé que estoy joven todavía, estoy tranquilo. Me gustaría estar afuera ahorita, pero al final necesito hacer algo más para salir, porque no me ha alcanzado con lo que he hecho. Me siento agradecido con Dios porque estoy en un gran club, porque estoy en la mejor institución y seguiré trabajando para que venga esa oportunidad”, confesó Carlos Mora.
En lugar de lamentarse, prefiere poner manos a la obra y divertirse en la cancha con ese fútbol pícaro y atrevido que tiene. Lo toma como algo que debe construir en un reto de mejoramiento continuo y tratar así de que llegue esa oportunidad que sea buena para todas las partes.
“Viene un partido importante, que lo ve mucha gente y es para mostrarse también. Estoy con la mayor convicción de ayudar al equipo, mostrarme y hacer las cosas de la mejor manera para el bien de este equipo”.
Reiteró que el plan rojinegro es hacer un buen partido en el Estadio Gillette para cerrar la serie en el Morera Soto y dijo que si bien es cierto un empate no sería malo, la Liga quiere ganar en Boston como lo hizo la última vez que jugó en Estados Unidos.
“New England es un buen equipo, nosotros somos un gran equipo también y será un partido muy intenso. Los analizaremos con videos y tácticamente con el profesor. Es de estar preparados, de asumir responsabilidades cada uno y estar preparados para hacer un gran partido. Estamos convencidos de que tenemos que ganar”.
Carlos Mora lo cree posible, pero para que pase, también apela a la convicción de cada integrante del equipo para asumir responsabilidades y poner su granito de arena. En lo personal, él tiene una doble ambición con Alajuelense en esta Copa de Campeones de Concacaf.
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