Ningún futbolista costarricense que viajó a probar suerte al futbol escandinavo pudo dar el salto a las principales ligas del mundo.
En los últimos años varios jugadores ticos pasaron, principalmente, por Noruega y Dinamarca, empero, nadie despegó.
Casos como el de Randall Brenes, Roy Miller, Pablo Herrera y Alonso Solís, quienes incluso se devolvieron a América, evidencian que el discurso de la “vitrina europea” no es del todo cierto.
El Chiqui rodó por varios clubes del futbol noruego y Miller tocó techo en el popular Rosenborg de ese mismo país, pero no se consolidó y recaló en un club de Suecia.
Finalmente encontró su nicho en la MLS de los Estados Unidos.
Por su parte, más recientemente Herrera, pero también Solís se fueron por no tener regularidad.
“Dejando al lado dos o tres nombres, el costarricense no tiene lo necesario para entrar a las grandes ligas de Europa. El asunto no es tanto la técnica, sino la idiosincracia del jugador. No logra acoplarse al ambiente”, expresó el agente FIFA italiano, Silvio Trevisan.
Actualmente, hay una pequeña legión de ticos en esa zona del mundo, de los cuales hay dos que sí se mantuvieron en crecimiento.
Cristian Bolaños llegó el año pasado al monarca danés, Copenhague FC e incluso disputó la Champions League. Antes pasó por Odense (Dinamarca) y Start (Noruega).
Celso Borges fue fichado hace poco por el subcampeón sueco AIK, dejando el noruego Fredrikstad.
Ambos evidencian un claro paso hacia arriba, no obstante, aún dentro de la región escandinava.
“En los partidos en esa zona sí hay representantes de Holanda, Alemania e Inglaterra. Si se juega bien por dos o tres temporadas es posible salir. Pero es difícil. La mayoría de los ticos no han sido constantes”, dijo el también agente FIFA noruego, Jan Schifloe.