Ana María Castellanos ni siquiera había nacido cuando su madre, Claudia Fortín, impuso el récord en los 400 metros combinado de los Juegos Centroamericanos San Salvador 1994.
Vino al mundo dos años después y, desde entonces, escuchó hablar muchas veces de aquel momento de gloria.
Ayer, la joven hondureña escribió su propia página de gloria y dejó en el olvido la marca que durante casi dos décadas ostentó quién la meció en la cuna.
Con un tiempo de 5:09, la joven ondina catracha logró su tercera medalla de oro en las justas del área y bajó en un segundo el récord de Fortín.
“Antes de que saliera para acá, mi mamá me advirtió de que no le rompiera la marca, ahora le puedo decir todo el día: ‘Mami, te quité el récord’”, bromeó la nadadora de 16 años.
“Es algo muy importante para el país, me encanta estar participando en los Juegos. Mis padres son un gran ejemplo, ojalá que con esto se sientan orgullosos de mí”, agregó la joven, quien se entrena en Massachusetts (EE. UU.).
Castellanos, también hija del nadador Plutarco Castellanos, suma ya tres medallas de oro, una de plata y una de bronce en San José 2013. Hoy podría aumentar su cuenta personal, cuando compita en los 50 metros pecho, su sexta y última prueba en estas justas.
De los tres hijos de la pareja de nadadores hondureños, Ana María es la única que siguió las brazadas de sus padres en la piscina.