Comienzo por declarar mi absoluta ignorancia sobre el tema del que trata este artículo. El comentario que los lectores inevitablemente harán ante esa admisión es: ¿Por qué, si no conoce la materia, escribe sobre ella?
Mi respuesta es que supongo que hay miles —o tal vez millones— de costarricenses que son tan ignorantes como yo de estos asuntos y que, sin embargo, merecen que alguien —no sé quién— les aclare sus dudas.
Me refiero al hackeo que han sufrido muchas instituciones del país, el cual ha puesto en peligro la vida y la salud de miles y que, en general, le ha causado grandes trastornos a la Administración Pública.
La primera duda que surge a quien desconoce el asunto es qué significa “jaqueo”. Según la versión reciente del Diccionario de la lengua española, en lo que nos interesa, es “introducirse de forma no autorizada en un sistema informático”.
Parece improbable que los “jaqueadores” —la palabra no la ha aceptado la Academia—, por ignorantes que fueran (digo ignorantes porque tonto no es quien es capaz de montar un aparato criminal como el que nos agobia), no estuvieran enterados de que el ordenamiento jurídico costarricense no permite que un funcionario pague una suma de dinero a un delincuente, con tal de que este no continúe perpetuando su acción delictiva.
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Entonces, ¿para qué le hicieron ese daño a nuestro país? Esta pregunta me lleva, forzosamente, a plantear otras: ¿Somos la única nación que está sufriendo un ataque de esta clase?
La respuesta afirmativa parece muy dudosa y, por eso, debemos cuestionarnos: ¿Sabemos cuáles otros países han sido atacados? ¿Algún funcionario de este o del anterior gobierno ya se puso en comunicación con personeros de las otras naciones que están sufriendo este ataque? Si ya lo hicieron, ¿por qué no nos han informado, aunque sea para que podamos aplicar el aforismo de que “mal de muchos, consuelo de tontos”?
En el muy improbable caso de que hubiéramos sido el único país atacado, con seguridad nos surgirían otras interrogantes: ¿Por qué nosotros? ¿Por odio a Costa Rica? Parecería muy raro. ¿Porque nuestros sistemas de cómputo eran tan rudimentarios que no contaban ni siquiera con las defensas elementales para evitar un ataque? ¿Para demostrarles a los que sí tienen dinero y pueden pagarlo de lo que son capaces? También cuesta creerlo.
Aunque se nos ha hecho evidente que los delincuentes que atacaron a nuestras instituciones manejan una tecnología muy avanzada, es inexorable preguntar: ¿Son los criminales en este caso tan avanzados tecnológicamente que los especialistas costarricenses o de otras naciones no pueden descubrirlos? ¿Qué estamos haciendo para evitar que una situación similar vuelva a ocurrir en el futuro?
Le pido al lector que ha llegado hasta aquí que disculpe mi actuación al plantear solo preguntas y no ensayar respuestas. Soy un simple ciudadano, angustiado por lo que está sufriendo Costa Rica y que no entiende lo que está pasando. Estoy seguro de que muchos costarricenses están en una situación similar.
El autor es exvicepresidente de la República.
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La vulneración de sistemas informáticos estatales obliga a tomar medidas contra el cibercrimen. (Shutterstock)