El piano, invento italiano de Bartolomeo Cristófori, allá por 1695, se diferenció de su predecesor, el clavicémbalo, por tener la virtud de emitir sonidos con intensidad suave o fuerte, según la fuerza que se le imprima a sus teclas. Por eso, su nombre original es “pianoforte”.
Aunque su invención tuvo lugar en Italia, los grandes desarrolladores tecnológicos fueron, principalmente, los alemanes y los austriacos. Con el transcurrir del tiempo, se crearon varias fábricas emblemáticas de pianos y así surgieron diferentes marcas de este instrumento que, por lo general, correspondían al apellido del fabricante. Para citar algunas de ellas, están Pleyel, de Francia; Steinway, de Alemania y Estado Unidos; Bosëndorfer, de Austria; Fazioli, de Italia; Petroff, de Checoslovaquia; Kawa y Yamaha, de Japón; y Baldwin y Mason Hamlin de Estados Unidos.
Decir cuál es el mejor piano sería como señalar cuál es el mejor automóvil. Recordemos que antes de 1970 había más marcas de pianos que de carros.
Varios aspectos. Un piano se escoge según los gustos auditivos, intereses, estilo, color, forma, lealtad de marca y presupuesto, entre otros aspectos.
La decisión de adquirir para el Teatro Nacional un Steinway, de la fábrica de Nueva York, fundada en 1853, es más que acertada. Steinway es el preferido de los pianistas famosos, y la mayoría de las salas de concierto, teatros y estudios de grabación de categoría alrededor del mundo usan esa marca de piano.
Todos los pianos nuevos, por más finos que sean, requieren un cuidado especial de mantenimiento durante toda su vida útil, principalmente en sus primeros años, pues su longevidad en buen estado dependerá de eso.
No me cabe la menor duda de que los personeros del Teatro Nacional apelarán al servicio Steinway de posventa (soporte técnico, aplicación de garantía, cursos y manejo de quejas, etc.) y se resolverán ciertos detalles del piano.
Un Steinway es una joya centenaria de ingeniería y artesanía que hay que ajustar periódicamente, de acuerdo con los protocolos respectivos del fabricante.
Muy bien por la compra de un Steinway nuevo para el Teatro Nacional.