Se habla mucho sobre el cambio climático y las posibles formas de detenerlo o, cuando menos, de combatirlo. Estamos tomando más conciencia y educándonos al respecto. Científicos de todo el mundo trabajan día y noche para encontrar una solución con el fin de detener las repercusiones del calentamiento global.
Los objetivos de desarrollo sostenible propuestos en el 2015 en el Acuerdo de París se ven cada vez más lejos de cumplirse, y como humanidad poco a poco nos distanciamos de lograr un desarrollo que incluya el fortalecimiento ambiental.
Según un reporte reciente, 64 países disminuyeron exitosamente sus emisiones entre el 2016 y el 2019, pero, al mismo tiempo, 50 presentaron un aumento significativo. Esto muestra que, como sociedad, debemos tomar acciones más vigorosas para progresar de acuerdo con los objetivos propuestos.
En consecuencia, surge la necesidad de investigar con tecnologías alternativas a fin de combatir activamente el problema de las emisiones de dióxido de carbono y devolvernos a la lucha por la supervivencia junto con el medioambiente y no contra él.
Según la ONU, en el 2021, ya no era suficiente con reducir las emisiones para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y evitar catástrofes climáticas, sino que el dióxido de carbono debe extraerse activamente del medioambiente.
Extractores y filtros de gases de efecto invernadero
En los últimos años creció el interés por las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono (carbon dioxide removal), las cuales deben trabajar en conjunto con las soluciones de reducción de emisiones de carbono.
Estas tecnologías de eliminación funcionan como extractores y filtros en la atmósfera para luego almacenar permanentemente el dañino compuesto químico y obtener así “emisiones negativas”.
El sistema se divide en prácticas naturales, como la reforestación o la restauración de humedales, y soluciones tecnológicas, como la bioenergía mediante captura y almacenamiento de carbono, la captura y almacenamiento de carbono y la captura y almacenamiento directo de aire (DAC, por sus siglas en inglés). Todas estas tecnologías tienen distintos riesgos y costos, y se encuentran en distintas fases de desarrollo.
La tecnología que más llama la atención es la captura directa de aire, y gracias a ese interés recibe grandes financiamientos de gobiernos y programas privados de Elon Musk y otros científicos de renombre.
Es una respuesta tecnológica que busca activamente la aspiración de carbono de la atmósfera. Las plantas para el DAC lo capturan con el uso de grandes ventiladores y procesos químicos. Según el Foro Internacional de Energía, hay 19 plantas de DAC operando en el mundo.
Otra forma de luchar contra el cambio climático
Las DAC se basan comúnmente en solventes líquidos o adsorbentes sólidos para extraer y atrapar el dióxido de carbono de la atmósfera a través de reacciones químicas. En la mayoría de los casos, se emplea calor para liberar el solvente o adsorbente para los ciclos de captura subsiguientes.
Luego, el dióxido capturado debe ser guardado en un sistema de almacenamiento, usualmente formaciones geológicas donde se inyecta, pero proyectos de investigación actuales buscan otras formas de almacenamiento más eficientes energéticamente.
El mercado de las DAC está dominado por la empresa suiza Climeworks, propietaria de 15 de las 19 plantas existentes, que se encarga de extraer el dióxido de carbono de la atmósfera y “almacenarlo de forma permanente durante los próximos cientos de millones de años”, explica Jan Wurzbacher, el co-CEO de la empresa.
Hasta ahora, las tecnologías para las plantas DAC no han alcanzado un desarrollo comercial completo, pero tienen un gran potencial en términos de costo y rendimiento para encontrar una solución estándar con el propósito de combatir el cambio climático.
Las DAC existentes logran capturar 8.000 toneladas al año, lo que está muy por debajo del objetivo de emisiones netas cero fijado en 980 de aquí al 2050.
Tiempo y recursos en tecnología
Las recientes financiaciones en esta tecnología han facilitado la planificación de plantas con mayor capacidad. En el 2024 se prevé construir una planta a gran escala en Estados Unidos con capacidad para capturar más de una tonelada métrica anual, una muestra de gran avance para acercarnos paulatinamente a las metas del 2050.
Para alcanzar estos objetivos y mantener el ritmo de las emisiones globales de dióxido de carbono, es necesario desarrollar más demostraciones y prototipos a gran escala con más características tecnológicas y menores costos.
Solo invirtiendo tiempo y recursos en tecnología es posible hallar soluciones que contribuyan activamente a la reducción de emisiones hacia la atmósfera y, con ello, un futuro con una huella cero de carbono.
Los autores son ingenieros civiles.