La mayoría de los accidentes acuáticos en nuestras costas tienen que ver con hundimientos de barcos y con ahogados en las playas. Aunque un accidente acuático sobreviene en cualquier momento y sin importar el estado del mar, la mayoría de ellos ocurren cuando las condiciones marinas son severas.
Durante el invierno boreal en el hemisferio norte se generan empujes de viento desde los sistemas de alta presión, que tienen como efecto un mar picado en el Caribe centroamericano. Como se proyectan también hacia el Pacífico norte de Costa Rica, en el interior y exterior del golfo de Nicoya se crean condiciones peligrosas para la navegación.
La otra amenaza que tenemos sobre las costas del Pacífico son las marejadas de fondo (oleaje), que se originan en tormentas extratropicales alrededor del continente Antártico.
Una vez que estas tormentas salen al frente de Nueva Zelandia, dispersan el oleaje hacia las costas, que aunque van perdiendo energía al propagarse pueden romper con alturas hasta de siete metros en las playas.
Causas. La mayoría de los ahogamientos en nuestras playas tienen relación con las corrientes de resaca que son causadas por el rompimiento de las olas sobre la playa. Las que rompen más fuerte son las marejadas de fondo de origen remoto, que no precisamente se identifican por tener alturas considerables, sino más bien por tener períodos (entre cresta y cresta) altos.
El hundimiento de un catamarán en el gofo de Nicoya, el 8 de enero del 2015, tuvo relación con un viento alisio (noreste) generado por un sistema de alta presión en el Atlántico Norte. Este sistema también generó viento fuerte en el interior y exterior del golfo de Nicoya.
Mar picado con vientos hasta de 45 km/h en el centro del golfo y olas máximas de 1,75 metros pudo originarse en esta ocasión, y causar la inestabilidad del catamarán.
El hundimiento de la barcaza el 3 de mayo del 2015 frente al estero de Puntarenas tuvo relación con una marejada de fondo, que justo cuando la marea estaba bajando pudo haber empinado más los rompientes de las olas y producir el percance.
Importancia de la información. La mayoría de los accidentes acuáticos en nuestras costas, sino del todo pudieron evitarse, al menos es posible disminuirlos si nos informamos de las condiciones oceánicas.
Es responsabilidad no solo de las capitanías de puerto revisar los equipos y las condiciones marinas para dar zarpes, sino también de las empresas turística por informarse del estado actual del mar; pero además, de nosotros mismos, para tener información a mano y saber sobre posibles peligros que enfrentamos al ir al mar.
El Cimar de la Universidad de Costa Rica y el Módulo de Información Oceanográfica (MIO) tienen una aplicación para celulares y una página en Internet (miocimar.ucr.ac.cr) que informa sobre pronósticos de oleajes, corrientes marinas y temperaturas del océano.
En caso de amenazas se dan advertencias que son publicadas en la página y en los teléfonos celulares. Esta es una buena fuente de información que está disponible gratis a los usuarios del mar, y que bien podría ayudarnos a evitar el drama que a menudo se vive en nuestras costas.
El autor es oceanógrafo físico.