Columnistas

La experiencia humana

Noble o plebeyo, mi padre habría sido atendido igual, con el mismo solidario afán, por el personal de la CCSS

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No existe nada más íntimo que el dolor. Y nada más personal que la muerte. Ella nos aguarda impertérrita en medio de instantes de luz, como sombra inevitable del destino. También nos hermana. Desde la colina hasta la llanura, en la nobleza y el pueblo llano, doquiera haya vida, es la condición que traemos inscrita al nacer, sin importar el legado que dejamos. Y casi siempre nos sorprende porque incluso sabiendo su implacable sino, nunca estamos preparados a su encuentro, porque nadie sabe ni el día ni la hora.








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