Falta poco para las elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Se celebrarán el martes 5 de noviembre y serán unos comicios de extrema relevancia para el país, porque es nuestro más grande mercado, por liderar la inversión extranjera directa en momentos de enormes oportunidades, como el nearshoring o deslocalización de la producción, y constituir la mayor fuente de turistas.
Si bien las primarias aún no han sido definidas, las probabilidades conducen a pensar que los candidatos de los partidos Demócrata y Republicano serán el actual presidente Biden y el expresidente Trump. Para el último, el reto mayor no será tanto el electorado como los tribunales de justicia.
Esta es una de esas elecciones que difícilmente despiertan gran pasión en el electorado. Si en el 2020 una fuerza que favoreció a Biden fue el “no más Trump”, en este momento ambos candidatos cargan sobre sus espaldas el desgaste y la frustración de un electorado que siente no tener ninguna opción que verdaderamente lo represente.
Al escribir esta columna, y parafraseando a Nicolson, una semana es mucho tiempo en política y todo puede cambiar. La situación favorece por una pequeña diferencia, dentro del margen de error, tanto en el voto nominal como en el Colegio Electoral, a Donald Trump.
Cabe señalar cómo han cambiado para esta elección algunos de los estados llamados swing states o estados bisagra, que son a los que se les debe poner más atención en este proceso, entre ellos, Wisconsin, Arizona, Georgia, Michigan, Pensilvania, Carolina del Norte y Nevada.
También hay una tercera opción electoral, la de Robert Kennedy jr., pero en los Estados Unidos tiene poca viabilidad de triunfo, por la regla (con pocas excepciones) de que el ganador al menos por un voto se lleva la totalidad de los votos electorales del Estado.
Recordemos que en la historia reciente quien mejor desempeño ha tenido como tercera fuerza fue Ross Perot en 1992, con un 18,9 % del voto nominal. Sin embargo, puede “robarle” más votos al presidente Biden que a Trump por ser sobrino de John F. Kennedy e hijo de Robert Kennedy, ambos asesinados en los sesenta, pero muy queridos en el país.
Como vemos, una vez más, la elección se torna apasionante y por su importancia amerita llevarle el pulso de cerca.
Licenciada en Derecho de la Universidad de Costa Rica y Máster en Artes Liberales en Harvard University. Co-fundadora y Vicepresidenta del grupo empresarial "Alvarez y Marín Corporación". Mujer Empresaria del Año 2011, Premio Alborada, Programa de Desarrollo Mujer Empresaria, Cámara de Comercio. Profesora, analista y conferencista.
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