Las plataformas de transporte colaborativo han desbordado el quehacer de los taxistas tradicionales y la legislación que los regula. Empresas como Uber, que han venido a competir, no han podido ser ignoradas y no deberían ser obstaculizadas. A lo largo de nuestra historia, diferentes gobiernos y grupos de interés se han esforzado en favorecer los servicios tradicionales, algunas veces en detrimento de los usuarios, quienes, en su conglomerado, son la razón de ser de tales servicios. Por ello es necesario que esta administración sea consecuente con el bienestar y la protección de los consumidores y, a la vez, respetuosa de sus gustos y preferencias.
Egidio Vargas Durán, Santo Domingo de Heredia
Palabras foráneas
Es muy triste leer y escuchar a los costarricenses usar tanta palabra extranjera. Algunos no lo saben, por ejemplo: Tip es consejo, sugerencia; voucher, recibo, factura; display, mostrador; counter, despacho, oficina; bumper, parachoques; chips, hojuelas; milkshake, batido; y miles más. El costarricense se caracterizaba por su buen español, hoy en decadencia, qué lástima.
Marjorie González, San José
Servicio del BNCR
En los últimos días de diciembre, con el fin de tener más liquidez para iniciar y fortalecer las finanzas de mi negocio, contacté a Luis Guzmán, del Banco Nacional de Costa Rica (BNCR). De forma eficiente me remitió a Randall, encargado de pymes. Con gran eficiencia, dieron solución a mi necesidades crediticias, fueron a mi negocio y recolectaron toda la información, sin tener que desplazarme, y así seguí invirtiendo el tiempo en mi trabajo. Agradezco el apoyo del BNCR a las pymes y a las mujeres que trabajamos en ellas. Ser emprendedor es una lucha constante, que se puede dar cuando se tienen buenos aliados.
Paola Campos Batista, Moravia
¿Intereses legales?
Aprecio y agradezco mucho este pequeño espacio que La Nación nos brinda gratuitamente a sus lectores, pues nos permite intercambiar experiencias, buenas o malas, que son de gran ayuda para todos. Gracias a esos conciudadanos (no alcanzaría el espacio para mencionarlos a todos por su nombre) que dedican parte de su tiempo en documentarse a fin de aconsejarnos sobre asuntos de interés que otros desconocemos.
Aprovecho para unirme al comentario de Henry Martínez Gallo (10/2/2019) sobre la necesidad de una ley para regular los intereses de usura cobrados por financieras y tarjetas de crédito; especialmente, el abuso que cometen al cobrar intereses sobre intereses y de paso preguntar a quienes saben de este asunto, ¿es eso legal?
Orlando Jiménez Chaves, San José
Otros tiempos
Laura Chinchilla escribió sobre el peligro de las diferentes redes sociales en la interferencia electoral y anota cuatro peligros o amenazas (Opinión, 9/2/2019). Yo no lo veo así. Antes de las redes sociales, unos pocos políticos opinaban, unos mentían y otros decían verdades o proponían promesas. El resto de los ciudadanos, al igual que hoy, opinábamos en forma sectorial, desde la casa, con familiares, amigos, compañeros de estudio y trabajo. Ahora, hacemos lo mismo, pero conectados y ampliando las comunicaciones.
Quizás es lo más cercano a la democracia representativa griega. Pero creo que a algunos políticos les duele la pérdida del poder de la información y la desinformación. Claro, las redes son como una caja de Pandora, de todo se encuentra, como en la sociedad y el mundo democrático. El problema es que los políticos deben prepararse bien en diferentes asuntos del quehacer ciudadano y tener una buena base ética. Si el pasado político no les ayuda, no les ayudará con las redes o sin ellas. Manipular es un arte de los políticos desde siempre; ahora, en términos transparentes, desde las redes es más difícil, los usuarios forman ojos vigilantes y de denuncia al instante y muy conectados.
Mario Valverde Montoya, San Rafael de Montes de Oca
Caso Arias
Nunca voté por Óscar Arias; sin embargo, no cabe duda de que fue Óscar Arias quien puso a Costa Rica en el mapa y que él adquirió dimensiones internacionales. Por esa razón, lo que encara en el presente tendrá repercusión en todos y cada uno de los costarricenses.
Álvaro Chaves Núñez, Escazú