Los restos de un individuo del mesolítico de hace 7.000 años encontrados en una cueva del norte de España han permitido conseguir el genoma más antiguo de la prehistoria, que muestra que estos hombres tenían la piel oscura y los ojos azules.
Los restos de un individuo del mesolítico de hace 7.000 años encontrados en una cueva del norte de España han permitido conseguir el genoma más antiguo de la prehistoria, que muestra que estos hombres tenían la piel oscura y los ojos azules.