Acopaya, Nicaragua . La recién terminada vía Acoyapa- San Carlos de Nicaragua, que culmina frente a la localidad costarricense de Tablillas (Los Chiles), poco a poco cambia la vida de los pueblitos rurales del norte.
Vecinos de Chontales, Mayasang, San Miguelito y El Almendro han comenzado a acostumbrarse a caminar con precaución, debido a la novedosa presencia de vehículos en esos sectores.
La vía, que mayoritariamente se construyó en terrenos planos, tiene muchas rectas que permiten a los conductores recorrer los 160 kilómetros a gran velocidad.
A Santos Mayorga, vecino y conductor de la zona, le preocupa que eso provoque accidentes. “Al ser la carretera tan plana, los carros agarran mucha velocidad y esto es peligroso”, afirmó.
Rosalió Valdivia, inspector del Ministerio Nicaragüense de Transportes e Infraestructura, reveló que por día transitan 500 carros, 150 camiones pesados y 30 autobuses.
“Son cifras poco significativas, pero que se explican debido a que el paso recién se abrió y durante años la región estuvo aislada por tierra para llegar a Managua y otras ciudades importantes del interior del país”, sostuvo.
El funcionario estimó que cuando se abra oficialmente el nuevo puesto fronterizo en Tablillas, esas cifras aumentarán mucho.
Las números anteriores llegan como cantos de sirena a inversionistas hoteleros, quienes ya compran terrenos para hacer desarrollos. Cada vez más los pobladores cercanos a la vía ven como sus vecinos ahora tienen apellidos impronunciables por su origen foráneo.
Henry Sandino, presidente de la Cámara de Turismo de Río San Juan, tiene grandes expectativas de crecimiento con la nueva ruta y la apertura del futuro paso fronterizo en Tablillas.
Sandino detalló que en el último año, el ingreso de turistas a Río San Juan subió un 68% respecto al anterior y, en su opinión, ya se empieza a sentir un crecimiento en la economía de la región.
José Briones, habitante del pueblo conocido como El Cruce de Pájaro Negro, también piensa en los beneficios de la vía.
“Antes, para trasladarnos a Managua teníamos que hacer largos recorridos por el Lago o por avión. Tardábamos 12 horas desde Puerto San Carlos por tierra y el carro se atascaba en el barro. Hoy, el viaje lo hacemos en tan solo cuatro horas”, afirmó el lugareño con orgullo.