José Bonifacio Villegas Fonseca, mejor conocido como Pachito Villegas, falleció este martes 26 de setiembre. Tenía 106 años y cuatro meses de edad, y era uno de los centenarios más emblemáticos de la zona azul península de Nicoya, en Guanacaste, caracterizada por la saludable longevidad de sus habitantes.
Su deceso lo confirmó Jorge Vindas, fundador de la Asociación Península de Nicoya Zona Azul, quien ha apoyado las investigaciones realizadas sobre este tema desde hace dos décadas.
La historia de la zona azul península de Nicoya y de sus longevos habitantes se conoció recientemente en una miniserie documental de Netflix “Vivir 100 años: los secretos de las zonas azules”, junto a la de las otras cuatro de estas zonas en el mundo: Cerdeña en Italia, Okinawa en Japón, Loma Linda en Estados Unidos, e Icaria en Grecia.
“Pachito junto a otros centenarios a quienes he tenido el honor de conocer ayudó a difundir internacionalmente a la península de Nicoya como zona azul. Uno de los grandes sabaneros de la península, en especial de Nicoya. Él trabajó toda su vida a caballo. Desde los 4 años empezó a cabalgar junto a su hermano gemelo, José Pascual”, recordó Vindas.
Pachito era una persona muy querida en su pueblo, Pochote de Quebrada Honda, en Nicoya. Cuando él cumplió 100 años, contó Vindas, todas las comunidades circunvencinas colaboraron en la celebración.
Entre los hombres centenarios, fue uno de los que más difusión tuvo, nacional e internacionalmente. “Es justo que el mundo conozca a estas maravillosas personas”, expresó Vindas la mañana de este miércoles, cuando iba camino al funeral de Pachito Villegas, en Pochote.
La misa de funeral se realizó este miércoles a la 1 p. m., en la iglesia que queda justo a la par de la casa de Pachito, en un terreno que él donó para el templo. Fue sepultado en un cementerio ubicado a kilómetro y medio de su casa. Ahí reposarán sus restos.
¿Por qué un guayacán?
A Pachito le sobreviven ocho hijos, quienes lo cuidaron con esmero y cariño todo este tiempo, incluso durante los difíciles momentos de la pandemia.
La Nación conversó con Pachito hace tres años para que contara cómo la estaba pasando con el confinamiento obligatorio debido a la covid-19.
En ese entonces, manifestó que la pandemia le quitó abrazos y besos de seres queridos, pero nunca su paseo dominical a caballo porque ante todo era sabanero y montador. Jamás se cansó de decir que se sentía más seguro a caballo que caminando.
“¡Todo lo prohibieron! Imagínese que ya un abrazo no se puede dar ni tocar la gente. Yo quisiera un saludo cariñoso... un saludo de amor... ¡No sé cómo hará un matrimonio!”, comentó en agosto del 2020 a La Nación.
Aunque la pandemia le quitó a Pachito Villegas algunos placeres, no lo logró con actividades diarias que lo mantenían motivado y saludable como cuidar las gallinas, los chompipes, perros y otros animales que tenía en el solar contiguo a su casa.
Cual guayacán, este árbol del trópico que acapara miradas donde quiera que su semilla echa raíces, Pachito Villegas fue un hombre fuerte y noble que se instaló en el corazón de quienes tuvieron el gusto de conocerlo y escuchar sus anécdotas de sabanero tomando el fresco de la tarde.
Su abundante descendencia se expande por Pochote de Quebrada Honda igual que lo hace el profuso follaje del guayacán, que se extiende varios metros sobre la tierra en su ilusión de alcanzar el cielo.
Mantenerse activo, con motivación y rodeado del cariño de sus familiares, amigos y vecinos sostuvo a este sabanero guanacasteco con una sonrisa siempre a flor de labios. La foto de sus 106 años, recién celebrados en mayo anterior, lo demuestra.
Toda su vida Pachito Villegas gozó de buen apetito pero comía a las horas adecuadas, con sus siestas. Dormía más de diez horas y se levantaba con los primeros rayos del sol, según relató un reportaje de la Revista Dominical.
Uno de los múltiples reconocimientos que recibió en vida fue en el 2017, cuando el diseño de la impresión enmarcada del sorteo especial de la Lotería Nacional fue dedicado al Encuentro Mundial de Zonas Azules. La Universidad Nacional (UNA) también le dedicó en esa ocasión un video titulado “El jinete de 100 años”.
Territorio de longevos
La zona azul península de Nicoya en donde Pachito Villegas y otros centenarios han pasado su vida, concentra una alta longevidad en un espacio geográfico que abarca los cantones de Nicoya, Hojancha, Carrillo, Nandayure y Santa Cruz. Es la única en Iberoamérica y la más grande del mundo en extensión.
El concepto de zonas azules (blue zones) es reconocido globalmente gracias a las investigaciones y publicaciones del periodista Dan Buettner, de la revista National Geographic, protagonista también de la miniserie de Netflix.
Se relaciona con la prosperidad, la sana alimentación y el vínculo que tiene la felicidad con una posible longevidad. También con tener un propósito de vida y las relaciones estrechas con la comunidad y la familia. Son, además, un modelo de envejecimiento saludable para el mundo.
Pachito Villegas fue una de sus caras más visibles. ¡Bien hecho, sabanero! Descanse en paz.