En su Índice de Democracia del 2022, el medio The Economist incluyó a El Salvador en el apartado de países en “un camino oscuro hacia la autocracia”, al considerar que el presidente Nayib Bukele socavó los controles y equilibrios del poder, desdibujó límites constitucionales, restringió las libertades civiles y amenazó la libertad de prensa con medidas penales.
Esa fue la nación centroamericana que mostró la caída más estrepitosa en el ránking de solidez democrática de la revista británica.
“El retroceso democrático bajo la presidencia de Bukele ha llevado a una gran rebaja en el puntaje”, alerta el informe. Parte de la caída obedece a que el gobernante anunció que se postulará para la reelección consecutiva, pese a la prohibición constitucional, e introdujo un estado de emergencia que restringió las libertades civiles.
Dicho estudio otorgó a El Salvador el calificativo de “régimen híbrido”, es decir, es considerado un punto medio entre autoritarismo y democracia.
La publicación señaló una preocupante realidad: “América Latina es el hogar de cuatro regímenes autoritarios: Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. Existe el riesgo de que crezca la lista de autocracias en la región, ya que varios países están experimentando un proceso de retroceso democrático. El ejemplo más destacado es El Salvador”.
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Para The Economist, las políticas de mano dura contra el crimen y la retórica antisistema han hecho que el presidente sea extremadamente popular. Posteriormente, esta popularidad le permitió al mandatario socavar los controles y equilibrios, incluido el reemplazo de toda la bancada de la Corte Suprema.
“En el 2022, anunció que se postulará para la reelección consecutiva a pesar de los límites constitucionales, y una Corte Suprema dócil aprobó la medida”, reclamaron los investigadores.
Además, recordaron que, en marzo de 2022, Bukele introdujo un Estado de Emergencia que restringió severamente las libertades civiles y condujo al encarcelamiento de alrededor del 1% de la población bajo sospecha de pertenecer a una pandilla.
“Muchos atrapados en la redada terminan en las cárceles superpobladas de la nación, a menudo sin el debido proceso, y docenas han muerto bajo custodia, donde supuestamente la tortura es rampante. En abril de 2022, el gobierno introdujo medidas criminales que amenazan con restringir las libertades de los medios, erosionando aún más las libertades civiles”, alertó la publicación.
Para la Unidad de Inteligencia de The Economist, el camino hacia el deterioro democrático y el autoritarismo se ve favorecido por la presencia de “poderosos cárteles de la droga en América Latina y el Caribe”.
Este es, según señalaron, uno de los grandes desafíos al control estatal sobre el territorio y propicia la corrupción de las instituciones, además de ser una amenaza para la seguridad de los ciudadanos comunes.
“Este problema ya ha exacerbado los altos niveles de corrupción en la región y está erosionando las normas democráticas en muchos países”, alertaron.
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Calificación de democracia salvadoreña cayó desde que asumió Bukele
En el Índice de Democracia de The Economist, El Salvador perdió 0,66 puntos respecto a la nota de 5,72 obtenida en 2021, lo que significó una caída de 14 puestos. Ahora, la nación centroamericana se ubica en el lugar 93 entre las 167 naciones analizadas.
Para establecer la calificación, The Economist pondera el puntaje de 0 a 10 en cinco áreas: proceso electoral y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, cultura política y libertades civiles.
La calificación de El Salvador se deterioró en todas las cinco áreas de estudio de la investigación. Fue el cuarto país que mostró el peor rendimiento: sólo Rusia, Burkina Faso y Haití perdieron más puntos.
Los especialistas explicaron que el deterioro democrático salvadoreño se ha dado bajo la presidencia de Nayib Bukele. De hecho, desde que el mandatario ganó las elecciones de 2019, El Salvador cayó paulatinamente de 6,15 a la calificación actual, 5,06.
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