Cintas amarillas, con la palabra "precaución" impresa en ellas, cubren desde este miércoles y hasta el próximo 27 de mayo a nueve monumentos nacionales, ubicados en el cantón central de San José.
El peligro del que advierte esta señalización, comúnmente usada para delimitar áreas y restringir el paso, es el olvido del que son víctimas estas obras artísticas debido a la cotidianidad y su permanente presencia en el espacio público.
Por ello, el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA) y la Municipalidad de San José, lanzaron la iniciativa denominada "Precaución-Ciudad-Memoria", esto con el fin de replantear el valor simbólico, histórico y cultural de estas estructuras, representativas de la identidad costarricense.
Los nueve protagonistas de esta intervención pública son:
- El Monumento Nacional, en el parque Nacional
- Las columnas del Templo de la Música, en el parque Morazán
- La estatua de León Cortés, en el Parque Metropolitano La Sabana
- El monumento 'Al Viento', en el extremo oeste de la avenida central
- La estatua de Simón Bolívar, en el parque Morazán
- El monumento 'Los Presentes', en los jardines del Banco Central de Costa Rica
- La Chola, sobre el bulevar de la avenida central
- La escultura 'El barrendero', en el parque Central
- Las bancas de la plaza de la Cultura
Este miércoles, frente a los monumentos también se ubicaron varios individuos, quienes utilizaron máscaras hechas con la misma cinta amarilla y eran los encargados de crear conciencia entre las personas que se acercaron a observar esta inusual representación artística.
La iniciativa fue liderada y diseñada por el reconocido arquitecto argentino Julián Bonder, quien se encuentra de visita en el país para participar en la XIV Bienal Internacional de Arquitectura, que inició este miércoles.
"La idea surge cuando me invitaron a la Bienal como conferencista y dije: 'Puedo venir dar una conferencia, comer rico, visitar amigos y devolverme', pero no, quise proponer algo para San José, que revalorice los lugares de la ciudad", expresó Bonder.
Detrás de esta propuesta se encierra un concepto denominado "el derecho a la ciudad", que engloba dos aspectos fundamentales para este proyecto: la gente y los edificios.
"El primer aspecto tiene que ver con la gente en San José, que se mira a los ojos, la gente que se conoce, la que tiene y la que no tiene, por eso usamos máscaras para caminar y motivar esta conversación en la ciudad: ¿quiénes somos? ¿con quiénes nos encontramos?, ¿con quiénes hablamos?".
"El segundo aspecto es la idea de que todas las ciudades, San José en especial, tienen lugares muy especiales, como la plaza de la Democracia, de la Abolición del Ejército y el Monumento a los Presentes, que no hay en ningún lugar del mundo", explicó.
Para el arquitecto, el valor de utilizar la cinta de precaución es que permite darle una nueva vida a los monumentos en la imagen colectiva de quienes habitan y visitan la capital.
"Primero los vamos a ver diferentes (las estructuras) y después, cuando la cinta se vaya, nunca más vamos a verla sin pensar en monumentos", dijo Bonder.
Este esfuerzo también fue aplaudido por el alcalde capitalino Johnny Araya, quien se sumó a la idea detrás del proyecto al colocarse una de las máscaras utilizadas por la organización de la actividad.
"Tenemos cosas muy valiosas en la ciudad de San José que suelen pasar desapercibidas para la gente y que tienen un gran valor artístico, histórico y cultural, por lo que nos parece que esta iniciativa es una forma de llamar la atención de esos lugares y que de alguna manera se sensibilice más con sus monumentos y arquitectura", indicó.