Desde el 31 de julio, el puente de La Angelina de Ochomogo, en San Nicolás de Cartago está cerrado debido a las malas condiciones y el grave riesgo que representaba para peatones y conductores.
Esta estructura está en una vía que conecta Cartago con San Ramón de La Unión, y funciona como una ruta alterna para evitar los congestionamientos en la carretera Florencio del Castillo. Sin embargo, a pesar de haber transcurrido más de cuatro meses, no se vislumbra la construcción de un nuevo paso.
Como es de esperar, el cierre de la estructura ha implicado inconvenientes para los vecinos, pues representa más gasto de dinero y tiempo en los desplazamientos.
Laura Arroniz Jiménez y su familia están entre los perjudicados. Ellos viven desde hace 12 años en calle La Molina, a 100 metros del puente.
Según dice, cuando la buseta escolar no ha llegado por su hijo y su nieto, se ha visto obligada a caminar con ellos durante casi dos horas y cruzar el puente en mal estado.
“Debemos pasar por un lugar estrecho sobre el puente de platina, el cual se vuelve resbaladizo y peligroso. Si, por ejemplo, ellos entran a las 7 a. m., tenemos que salir de casa a más tardar a las 5 a. m.”, precisó la mujer.
Aunque el viaje en automóvil hacia Cartago resulta menos agotador, también implica un considerable tiempo extra, ya que los conductores deben dirigirse hasta Dulce Nombre, bajar a Tres Ríos y finalmente incorporarse a la pista.
De acuerdo con doña Laura, fue su hermano quien informó a la Municipalidad de Cartago de la situación del puente, pues cuando transitaba por la estructura, el 31 de julio, sintió que se hundía. Luego de la alerta, funcionarios municipales dejaron escombro para impedir el paso y desde entonces nada ocurre.
“Para nosotros es demasiado incómoda esta situación y solicitamos la ayuda de la autoridades porque necesitamos este puente”, dijo la vecina.
‘Explorando mecanismos’
A pesar del cierre, motociclistas, ciclistas y peatones continúan arriesgándose al atravesar la estructura. Joseph Vargas Loría, vecino de Curridabat, tuvo que enfrentar el cierre inesperado el sábado mientras se dirigía en moto hacia el Campamento Bautista de la zona.
“Yo sí voy a pasar bajo mi propio riesgo, porque aunque el puente está en mal estado y se mueve, aún puede soportar el paso de vehículos o cargas pesadas”, comentó Vargas.
El alcalde de Cartago, Mario Redondo, indicó que desde el inicio han estado buscando soluciones para reconstruir el paso, pero reconoce que la inversión necesaria es significativa. Incluso solicitaron al Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) un puente bailey, pero les informaron que no tienen disponibilidad en este momento.
“Ya realizamos los estudios y diseños, y estamos buscando maneras de financiar la construcción en pocos meses. Hemos estado en comunicación con don Efraín Zeledón, el viceministro del MOPT, quien nos indicó que esto es costoso. No obstante, estamos explorando mecanismos para cubrir los costos, y espero que en enero podamos comenzar los trabajos, si Dios lo permite”, respondió Redondo.