Seis apostadores que aparecen en el "libro negro" del estado de Nevada cinco de ellos con condenas en Estados Unidos por estafas a casinos y apuestas ilegales mantienen frecuentes visitas a Costa Rica desde 1999.
Se trata de los estadounidenses Joseph Balsamo, William Land, Joseph Cusumano, Peter Jay Lenz, Frank Masterana y John Vaccaro.
Sus nombres aparecen no solo en el "Libro de control de juego" de Nevada ("libro negro") sino en los registros de visitantes que lleva la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME).
Según la Comisión de juego de Nevada, los estadounidenses tienen expediente en el FBI, fueron acusados en reiteradas ocasiones por apuestas ilegales y engaños ligados a casinos y cinco son exconvictos.
Vaccaro, Land y Lenz, podrían estar todavía en Costa Rica ya que no registran salida del país.
El "libro negro" o GBC (por sus siglas en inglés) es una lista oficial, confeccionada por la Comisión estatal de juego de Nevada, que contiene los nombres de 35 personas a quienes se les prohíbe la entrada en sus casinos por acumular condenas judiciales en fraudes y delitos con apuestas ilegales.
Además, la DGME da cuenta de frecuentes ingresos de otras nueve personas, cuyos nombres coinciden con los "alias" utilizados por otros integrantes del "libro negro", que también poseen gran cantidad de antecedentes judiciales relacionados con engaños y juego ilegal en Estados Unidos.
Eso sí, ni el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ni el Ministerio Publico trabajan aún sobre el caso, pero Rogelio Ramos, ministro de Seguridad Pública, informó de que investiga el tema.
Sí aclaró que ninguna de las personas mencionadas tiene impedimento legal para entrar al país, ni solicitud de captura de parte de la policía internacional Interpol.
Varios empresarios de la industria de las apuestas electrónicas admitieron como posible que exconvictos por apuestas ilegales en Estados Unidos tengan aquí compañías de apuestas electrónicas o sportsbooks , como se las conoce en ese ambiente. Sin embargo, afirman desconocer la visita de personas vinculadas con la mafia estadounidense.
Cautela
Pero, ¿qué significan estas visitas? ¿Podrían indicar que han establecido negocios aquí? ¿Cuál es la opinión de las autoridades nacionales?
Tanto el Ministro de Seguridad, como dos agentes del FBI consultados, se mostraron herméticos ante estas preguntas.
Solo expresaron que el tema está bajo investigación y que adelantar respuestas resulta prematuro.
Ramos solo anunció que se encuentra a la espera de información solicitada a la Oficina Federal de Investigación (FBI).
Precisamente, las intervenciones telefónicas del FBI a las llamadas que Frank Masterana de 71 años de edad recibía en Puerto Rico, desde Estados Unidos, permitieron llevarlo a juicio a comienzos de febrero, en Búfalo, Nueva York.
Anthony Bruce, abogado de la fiscalía de Búfalo en ese caso, explicó a La Nación que los apostadores se instalan en Costa Rica y algunas islas del Caribe para evitar los juicios en su país.
"Cuando un apostador dice que su negocio es legal, en realidad está diciendo que se ha colocado fuera del alcance de la ley de Estados Unidos", afirma.
Es posible
Eduardo Agami, presidente de la Asociación Costarricense de Empresas de Apuestas Electrónicas, admitió que "es posible" que miembros de esta industria en Costa Rica tengan antecedentes judiciales en Estados Unidos, ya que, desde su perspectiva, ese país persigue injustamente a los tomadores de apuestas.
Similar opinión expresó Gary Austin, de Servicios Internacionales de Información Deportiva, otra empresa de apuestas aquí.
Sin embargo, minimizó la gravedad de estos delitos: los comparó con lo que podría ser en Costa Rica cruzar un semáforo en la luz roja.
"Los empresarios de apuestas que estamos aquí somos hombres de negocios independientes, sin conexión con el crimen organizado. Los ingresos del negocio no son suficientes para que se involucren este tipo de personas", dijo.
Confrontado sobre informes que señalan a dos de sus managers (que son los que establecen los equipos favoritos para apostar) como personas que han estado en prisión por apuestas ilegales en los Estados Unidos, Austin admitió conocer esos antecedentes en uno de ellos, llamado Danny Adamavich.
"Lo contratamos porque conocía muy bien el negocio. Las apuestas son operaciones muy específicas y las posibilidades de ganar o perder se basan en las habilidades que estas personas tengan", explicó.
Consultado por La Nación , Adamavich admitió haber afrontado cargos federales por apuestas ilegales en el estado de Nueva Orleans, en 1994, pero aclaró que actualmente no tiene cuentas pendientes con la justicia de Estados Unidos.
Austin afirmó que por la antigüedad que tienen en estas actividades, muchos managers y dueños quizá han estado algún tiempo en la cárcel.
Entrevistas realizadas con clerks (como se conoce a quienes reciben las apuestas telefónicas) de distintas empresas, refieren además que muchos managers y dueños de estas casas de apuestas, les han expresado que temen a las autoridades judiciales norteamericanas y por eso no utilizan sus nombres reales.
Algunos de estos empresarios admiten que en ocasiones no se presentan con sus nombres verdaderos. Eduardo Agami, quien es dueño de SBG, otra de las firmas de apuestas aquí, dice que ocasionalmente recurre a un alias para esquivar la publicidad, en tanto Greg Champion, de Nasa Sports, afirma que lo hace por motivos de seguridad.
Otros negocios
Además de los sportsbooks , algunos apostadores han comenzado a diversificar sus negocios en Costa Rica hacia casinos tradicionales y clubes nocturnos.
La firma de Gary Austin tiene cerca de 200 empleados y administra tres sitios de apuestas por Internet: Bad Lands, Regency y Sharkeys.
Ahora Austin ha invertido también en Cheetha's, un club nocturno y casino ubicado en pleno centro de San José.
Desde allí algunos jóvenes pasan de trabajar como clerks a entrenarse como operadores de juego para viajar a un casino en Seminola City, una reservación indígena de Oklahoma.