Un informe de la Contraloría General de la República reveló que los alumnos de escuelas unidocentes no tienen las mismas oportunidades de acceso y desarrollo que los estudiantes de centros educativos tradicionales, a pesar de que la inversión duplica a la de estos últimos.
El análisis se centró en la eficacia y eficiencia del servicio de educación primaria en escuelas unidocentes, las cuales representan una tercera parte del total de centros educativos del país, pero solo atienden al 3,3% de la población estudiantil.
De acuerdo con la auditoría, el MEP invierte ¢2,3 millones al año por cada estudiante de escuela unidocente, mientras que en los centros regulares la inversión es de ¢1,4 millones anuales por cada niño.
Sin embargo, se encontraron brechas significativas en el aprendizaje, la preparación de los docentes y los esfuerzos para mantener a los niños en el sistema educativo, así como deficiencias en infraestructura y recursos tecnológicos.
En cuanto al aprendizaje, se determinó un nivel básico de eficacia, ya que el Ministerio carece de información confiable sobre el cumplimiento de las lecciones y el plan de estudios que reciben los estudiantes de escuelas unidocentes. Además, en promedio, solo el 47,3% de las escuelas unidocentes cubren alguna de las materias complementarias del plan de estudios.
Respecto a las capacidades docentes, se identificaron debilidades que podrían afectar la eficiencia y eficacia del servicio, debido a que el perfil para el docente de estas escuelas no especifica el nombre ni la definición de las competencias personales y técnicas requeridas, limitándose a la tenencia de un bachiller universitario en enseñanza primaria o ser profesor de primaria y solo el 33,8% de los docentes cuentan con la formación administrativa requerida para ser directores de estos centros.
El informe advierte de que esta modalidad de educación no ha mantenido los recursos otorgados para alimentación de los estudiantes al mismo ritmo que el crecimiento de beneficiarios, de esta forma, aunque el número de estudiantes beneficiados aumentó de 16.347 en 2019 a 16.718 en 2021, el monto del beneficio ha disminuido con el tiempo, pasando de ¢5.872 millones en 2019 a ¢5.165 millones en 2021.
En cuanto a la infraestructura, el nivel asociado a las condiciones físicas y de acceso a la tecnología para la prestación del servicio es intermedio, ya que solo el 10% de las escuelas unidocentes tenían acceso al ancho de banda mínimo en 2021, cita el documento.
Ante estos hallazgos, la Contraloría ordenó al MEP implementar una estrategia para reducir las brechas del servicio de educación primaria en escuelas unidocentes a nivel nacional y por dirección regional, considerando los resultados del informe.
Unificación de centros
El viceministro académico del MEP, Leonardo Sánchez, aseguró que los retos revelados por la Contraloría han sido objeto de discusión desde el año pasado, especialmente en relación con las limitaciones pedagógicas y de infraestructura que afectan la calidad educativa.
Sánchez destacó que existen escuelas muy pequeñas que están muy cerca unas de otras; de hecho, más del 50% de los centros se ubican a menos de 2 km de distancia entre sí.
Desde el año pasado, el MEP ha valorado la fusión de estos centros como parte de su estrategia, creando megacentros que no necesariamente se refieren a centros con una gran cantidad de alumnos, sino que ofrecen más servicios.
Sánchez reconoció que para concretar el plan, es necesario desarrollar rutas de transporte para los estudiantes y mejorar la infraestructura vial para facilitar el traslado.
Además, antes de fusionar los centros, es crucial garantizar que los centros receptores cuenten con las condiciones adecuadas para brindar el servicio.
Sánchez afirmó que estos hallazgos del órgano contralor corroboran mucho de lo que el MEP ha comunicado y ayudarán a reforzar las políticas educativas en términos de igualdad y oportunidad de acceso, además de disminuir brechas y desarrollar acciones para evitar la exclusión.
Según el informe de la CGR, en 2022, la matrícula de estos centros educativos fue de 8.829 (52,5%) hombres y 7.997 mujeres (47,5%).
Las escuelas unidocentes tienen menos de 30 alumnos y, en algunos casos, solo hay un estudiante. En 2020, había 30 escuelas con un solo estudiante y 616 con menos de 10 alumnos.
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