El Centro canadiense de huracanes (CDO) calificó primero a
“Actualmente es una fuerte tormenta tropical”, que azota a Nueva Escocia, la Isla del Príncipe Eduardo así como a Nueva Brunswick con fuertes lluvias y vientos que arrancaron árboles y postes eléctricos afirmó el CDO.
Una tempestad alcanza la categoría de huracán cuando sus vientos son mayores a los 119 km/h.
Más de 210.000 hogares de Nueva Escocia estaban ayer sin electricidad, según la empresa Nova Scotia Power, que suministra energía eléctrica en esa provincia.
Las autoridades pidieron a la población que permanezca en sus casas y alejarse de las costas.
En el aeropuerto internacional de Grand Moncton, todos los vuelos se cancelaron y algunos vuelos saliendo el aeropuerto internacional Stanfield de Halifax, capital de Nueva Escocia, también fueron anulados debido al mal tiempo.
El viernes,
“En este momento no tenemos informes oficiales de víctimas relacionadas con la tormenta ni informes de daños”, informó Craig Fugate, director de la Agencia federal de control de emergencias de Estados Unidos (FEMA).
Pese a la degradación de la tormenta durante su paso por la costa estadounidense, el transporte permanecía limitado desde y hacia Cape Cod y las islas vecinas de Nantucket y Martha's Vineyard.
“Todas las alertas y vigilancias han sido levantadas” en esa zona estadounidense, añadió Fugate.
Los daños han sido mínimos, según el funcionario quien advirtió que aún quedan 87 días para que finalice la temporada de huracanes.
El pico se espera entre el 10 y 11 de septiembre cuando se forman los huracanes, precisó el vocero.