Damasco. aFP El presidente sirio, Bashar al-Asad, insistió en su negativa a dejar el poder antes del fin de su mandato en 2014, mientras que sobre el terreno un coche bomba estalló ayer en la capital, Damasco, y dejó, al menos, tres muertos.
En una entrevista concedida a la agencia estatal de noticias argentina Télam y al diario Clarín , el presidente sirio, quien desde hace dos años enfrenta una rebelión armada, se mostró de nuevo inflexible y dio a entender que sería candidato en 2014 a su propia sucesión.
“Renunciar sería huir”, declaró Asad, quien consideró que “quién debe irse y quién debe permanecer lo determinará el pueblo sirio en las elecciones presidenciales de 2014”.
Al-Asad también mostró su escepticismo ante la conferencia impulsada por Rusia y Estados Unidos para encontrar una solución al conflicto y acusó a Occidente y a la oposición de querer hacer fracasar cualquier diálogo para poner fin a más de dos años de un conflicto que ha dejado a más de 94.000 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
El presidente sirio agregó: “No creemos que muchos países occidentales quieran una solución en Siria (ni) que muchas de las fuerzas que apoyan a los terroristas (deseen) una solución a la crisis”.
Sin embargo, al- Asad dijo haber “acogido bien el acercamiento ruso-estadounidense”, aunque no se pronunció sobre la participación de su gobierno en el diálogo previsto con la oposición durante esta conferencia internacional.
Esta reunión debe basarse en la declaración de Ginebra firmada por las potencias en junio de 2012 y que prevé el final de la violencia y un gobierno de transición, aunque no se refiere a la suerte de al- Asad, principal punto de discordia entre rusos y estadounidenses.