
Pekín. El presidente chino, Xi Jinping, instó a reforzar el uso del mandarín en Mongolia interior, vasto territorio del norte de China que el año pasado fue teatro de manifestaciones contra una nueva política lingüística considerada como una amenaza a la cultura local.
La región cuenta con unos 25 millones de habitantes de los cuales un quinto son chinos de etnia mongol. La mayoría están muy orgullosos de su proximidad cultural y lingüística con Mongolia, Estado independiente situado más al norte.
Desde el inicio del curso, todas las escuelas de la región están obligadas a enseñar el chino desde la más tierna infancia. Una nueva política en detrimento del mongol que en setiembre suscitó una lluvia de críticas.
En un hecho sin precedentes, grandes manifestaciones se produjeron en el territorio y muchos padres rechazaron enviar a sus hijos al colegio en señal de protesta.
El viernes, el presidente Xi Jinping instó a reforzar en Mongolia interior el uso del mandarín, “idioma nacional común”, y a favorecer en las escuelas de la región “herramientas pedagógicas nacionales”, según la agencia de prensa oficial Xinhua.
Se trata así de corregir "las ideas falsas" sobre la cultura y la nacionalidad, dijo el presidente chino a los representantes de Mongolia interior, al margen de la sesión plenaria de la Asamblea Nacional Popular (ANP).
Este tipo de políticas ya se han puesto en práctica en otras regiones pobladas con importantes grupos étnicos, como Tíbet (tibetanos) y Xinjiang (uigures), donde las autoridades tratan de frenar los movimientos nacionalistas.
Mongolia interior, vasta región de praderas, desiertos y bosques, tiene más mongoles que la vecina Mongolia y muchos temen una asimilación progresiva.
Las autoridades sostienen que un mejor conocimiento del chino estándar ofrece a las minorías étnicas más oportunidades de desarrollo y de movilidad profesional en China.