El nuevo embajador de Japón, Ariyoshi Katsuhide, afirma que Costa Rica es un país con abundantes recursos y mucho potencial de crecimiento, pero considera que debería asumir el liderazgo en busca de una mayor integración regional.
Katsuhide presentó sus credenciales, a finales del pasado mes de enero, con la misión de fortalecer los vínculos diplomáticos que unen a ambas naciones desde hace casi 89 años.
En una conversación con La Nación, destacó el interés de empresas japonesas en invertir en nuestro territorio, dado su capital forestal, capacidad y educación avanzada, que lo posicionan como un centro clave en el Istmo.
“Costa Rica tiene un buen nivel en economía, en educación y tiene un foco muy influyente en Centroamérica. El Sistema de Integración Centroamericana (SICA) ya tiene algunos años, pero su avance podría acelerarse un poco más. Eso sería más ventajoso”, asevera.
Según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer), en el año 2023, Japón vendió $577,27 millones a Costa Rica, y compró $356,67 millones, lo que deja la balanza comercial a favor del país asiático.
Entre los productos que más se exportan a ese país se encuentran las agujas y catéteres, que abarcan un 60% de las ventas a ese país. En menor medida se vende el café oro y aparatos de electrodiagnóstico.
Entre los productos que más se importan a Costa Rica desde Japón se ubican los automóviles para el turismo o transporte de personas, que representan un 25% del valor total importado. También se encuentran productos laminados de hierro o acero y circuitos impresos.
Habla sobre Bukele
Durante la plática con La Nación, este diplomático con amplia experiencia en América Latina destaca el enfoque desarrollado por el presidente Nayib Bukele en El Salvador en la lucha contra las pandillas.
“Yo no soy fundamentalista o cabeza dura. Se necesita un balance de democracia, derechos humanos y medidas contra pandilleros y criminalidad, con una mano dura como la de Bukele; eso tiene buen resultado.
“Esa es la realidad, hay que mirarla y no podemos vivir en el sueño. Todos los elementos son importantes”, explica Katsuhide durante la conversación con este diario.
Al tiempo que hablaba sobre este tema, recordaba el reciente susto que sufrió cerca de su residencia en Mata Redonda, San José, cuando un vehículo sin ocupantes recibió una ráfaga de disparos a las afueras de un condominio. “Espero que haya sido algo aislado”, expresa.
Katsuhide insiste en señalar la importancia de un equilibrio en América Latina en temas como democracia, derechos humanos y seguridad, citando el enfoque decidido de Bukele en El Salvador como un ejemplo efectivo.
No hay un plazo definido para la permanencia de Katsuhide en Costa Rica, aunque sugiere que podría ser alrededor de tres años, similar al tiempo que pasó en El Salvador, entre el 2021 y el 2023.
Anteriormente, realizó labores diplomáticas en Argentina en dos ocasiones y en Ecuador durante la etapa de la dolarización.
Discrepancia con China
El nuevo embajador japonés expresa su acuerdo con el principio de una sola China, aunque discrepa de la manera como el gigante asiático maneja sus relaciones diplomáticas en algunos países.
Aplaude el hecho de que China provea a los países de bibliotecas o parques de juegos -como en El Salvador- pero no está de acuerdo cuando esas “operaciones conectan algún objetivo político” porque, según afirma, “ya no suena bien”.
En ese sentido, aclara que Japón prefiere avanzar paso a paso en lugar de prometer grandes proyectos, y espera hacer lo mismo en Costa Rica, pues considera que este enfoque es más efectivo y beneficioso para ambas partes.
Sobre el contexto geopolítico actual, Katsuhide sostiene que los conflictos armados no conducen a nada positivo, en clara alusión a las tensiones generadas por China y Corea del Norte con otras naciones de la región.
”Un país no puede elegir a sus vecinos; es una condición dada. En este caso, nosotros tenemos varios vecinos que no son tan amistosos. Es necesario cuidar no solo la seguridad militar, sino también la seguridad económica y el suministro de energía, entre otros aspectos.
“Por esta razón, otorgamos una importancia especial a los países amigos. No solo Estados Unidos, sino también Filipinas, Corea del Sur, e Indonesia.
”Un enfrentamiento militar sería fatal, no solo para China, Japón o Estados Unidos. Personalmente, creo que no produciría resultados beneficiosos para los involucrados. Mantener el equilibrio es importante”, sostiene el diplomático.
Colaboró el periodista Alejandro Durán.