El partido de derecha del primer ministro saliente Kyriakos Mitsotakis se impuso en las elecciones en Grecia este domingo, pero ante la falta de una mayoría absoluta apunta a unos nuevos comicios para gobernar solo.
El partido Nueva Democracia (ND), en el poder desde hace cuatro años, obtuvo 40,8% de los sufragios, superando por amplio margen a la izquierda Syriza del exjefe de gobierno Alexis Tsipras, que recogió 20,1% de los votos, con el 82% del total de votos escrutados.
Por detrás de esas dos fuerzas se ubicaron los socialistas del partido Pasok-Kinal, con 11,7% de los votos en esta elección que tuvo una participación del 58%.
A pesar de este claro triunfo, ND no podrá gobernar en solitario, objetivo manifestado por Mitsotakis, ya que carecerá de la mayoría absoluta necesaria. “Los ciudadanos quieren un gobierno fuerte con un horizonte de cuatro años”, afirmó.
“El terremoto político de hoy nos llama a todos a acelerar el proceso para una solución definitiva de gobierno”, agregó.
Por su parte, Alexis Tsipras, de 48 años, también se manifestó a favor de unos nuevos comicios, al señalar que “el ciclo electoral aún no está terminado”.
Nuevos comicios
En caso de imposibilidad de formar gobierno, tal como predicen muchos analistas, se convocarán nuevos comicios a fines de junio o principios de julio.
El vencedor de esa segunda cita electoral gozaría de un bonus de escaños que podría darle una cómoda mayoría.
Durante su campaña electoral, Mitsotakis no dejó de defender su balance económico, aludiendo a la caída del desempleo, a un crecimiento de casi el 6% el año pasado y al aumento de la actividad turística.
Este domingo, poco después de votar en Atenas, Mitsotakis dijo que quiere hacer de Grecia “un país más fuerte con un rol importante en Europa”. “Hoy votamos por nuestro futuro, para tener más y mejores trabajos, y un sistema de salud más eficiente”, enfatizó.
Tsipras, líder del partido Syriza, que en el 2015 encarnó la esperanza de la izquierda radical europea, urgió al país a “pasar la página de cuatro años difíciles” y posibilitar “un gobierno justo”.
En Egaleo, en la periferia de Atenas, María Tombabaki, una pensionista de 67 años, dijo que deseaba “un cambio”, pero no se sentía “muy optimista”.
Stelios Lappas, un ganadero de 45 años de Karditsa, en el centro del país, lamentó la falta de “pasión y tensión” durante la campaña electoral, que fue de bajo perfil en comparación con citas anteriores.
La pérdida de poder adquisitivo a causa de la inflación y los bajos salarios sigue siendo un quebradero de cabeza para muchas familias, después de una década de crisis y rescates financieros internacionales que se tradujeron en recortes en los servicios públicos y en una importante caída de renta para los griegos.
La deuda pública del país sigue siendo de más del 170% de su producción. La inflación rozó el año pasado el 10%, agravando aún más las dificultades de la población.