Chicago, EE. UU. AFP. El presidente estadounidense, Barack Obama, pasó el fin de semana tratando de poner fin a la guerra en Afganistán, a evitar otra en Irán y salvaguardar la economía mundial; todo esto, teniendo en cuenta que cualquier traspié podría costarle la reelección en noviembre.
En general, la política exterior no es un factor decisivo en las elecciones presidenciales de los EE. UU.; sin embargo, los imperativos de la diplomacia pueden transformarse en una playa minada para un candidato, tal y como demostró recientemente el caso del disidente chino Chen Guangcheng.
La cumbre del G-8 en Camp David del viernes y sábado, además del cónclave de la OTAN en Chicago el domingo y ayer, han permitido a Obama ocupar la escena internacional en plena campaña electoral, mientras su rival republicano, Mitt Romney, trata de existir mediante la publicación de comunicados.
Después de terminar la guerra en Irak, Obama piensa anunciarles a los electores el final del conflicto en Afganistán. Pero, al mismo tiempo, el demócrata debe asegurarse de que el repliegue no provocará un hundimiento del convulso país asiático.
El presidente estadounidense trata también de obtener respaldo financiero para reconstruir Afganistán y evitar el regreso de la red terrorista al-Qaeda al país, donde había establecido su base.
Un final responsable a la guerra podría ser beneficioso para la campaña, incluso si esa no es la motivación principal de Obama, estimó Mark Jacobson, exrepresentante civil de la OTAN en Afganistán.
Otro de los temas sensibles de la agenda es Irán. Durante la cumbre del G-8, Obama y los jefes de Estado de los países más ricos del planeta volvieron a presionar al régimen de Teherán, esperando que las sanciones obliguen al Gobierno a detener su programa nuclear.
Eventuales operaciones militares de EE. UU. o israelíes contra Irán podrían provocar una subida del precio del petróleo y poner en peligro la lenta recuperación económica estadounidense.
En Camp David, los líderes del G-8 aseguraron que el mercado mundial sería aprovisionado en petróleo una vez que el embargo europeo sobre el crudo iraní entre en vigor el 1.° de julio.
Pero lo más importante para la reelección de Obama es la economía de EE. UU. que sigue su lenta recuperación, pero que es incapaz de absorber un eventual empeoramiento de la crisis en Europa.