Al mismo tiempo, se mostró prudente en la espinosa cuestión de Cachemira, región que se disputan India y Pakistán, y criticó el silencio de Nueva Delhi con relación a la situación en Birmania.
“Espero en los próximos años un Consejo de Seguridad de la ONU reformado que incluya India como miembro permanente”, afirmó el mandatario.
Sin embargo, agregó que “más poder supone más responsabilidad”, en alusión al silencio del Gobierno indio sobre Birmania.
“Cuando son suprimidos movimientos democráticos pacíficos, como en Birmania, las democracias del mundo no pueden quedarse en silencio”, dijo Obama.
“Si puedo ser franco, en los foros internacionales, India evitó a menudo esos temas”, insistió.
Por su parte, Pakistán reaccionó a las declaraciones de Obama al decir que el apoyo de Estados Unidos a India “añade a la complejidad” de la reforma del Consejo de Seguridad de la ONU.
Sobre Cachemira, región dividida entre Pakistán e India y que ambos países reivindican, Obama dijo que Estados Unidos no podía imponer una solución.
“Creo que Pakistán e India tienen interés en reducir las tensiones entre ellos”, pero Estados Unidos “no puede imponer una solución a esos problemas”, dijo Obama.
Cachemira, en cuya parte india luchan insurgentes islamistas desde 1989, fue objeto de dos de las tres guerras que opusieron a India y Pakistán desde la independencia de ambos países del Imperio británico en 1947.
El primer ministro indio, Manmohan Singh, destacó que la mayoría de los acuerdos son en infraestructura, un sector vital para el crecimiento indio que requiere, dijo, una inversión de un billón de dólares en los próximos cinco años.
Especialistas en política exterior estiman que Estados Unidos apoya a India en el terreno económico y diplomático por considerarla un contrapeso a una China cada vez más poderosa.
Pero las alabanzas de Washington se deben también al hecho de que el crecimiento de India se produce en un contexto de crisis financiera que afecta profundamente a los países occidentales.
Las palabras de Obama serán analizadas atentamente en otros países de Asia, en particular en China, que sopesa las implicaciones geopolíticas de EE. UU. en India antes de las conversaciones entre Obama y el presidente Hu Jintao, esta semana en Seúl.