Escuchar:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/PRDPH24E7VB73FRNKOMAY6MOUU.jpg)
Marvin Caravaca
Se ha hecho un gran esfuerzo, pero naturalmente es necesario esperar a los resultados. Espero que la Comisión de la Verdad arroje mucha luz respecto de las violaciones a los derechos humanos durante el régimen de facto. Creo que el presidente Lobo ha hecho un gran esfuerzo por crear una institucionalidad estatal en materia de derechos humanos y por seguir los juicios que se deban seguir. Considero que la transformación se puede dar hacia el interior de la Asamblea General de la OEA.
No creo. Hay que ver muchas cosas. Pasa por la creación de condiciones para que el expresidente Zelaya regrese a Honduras. Ahora, si el quiere regresar o no, es decisión de él. Es importante aclararlo porque si no, queda la impresión de que si regresa o no regresa Honduras se queda fuera. No. Esto es un tema objetivo, no subjetivo. Ahora, la Corte Suprema de Honduras decidirá. No podemos pasar por encima de la Justicia hondureña. Espero que la Corte tome las decisiones que corresponda, pero no es mi tarea presionarla para que tome decisiones. Mi tarea es presentar los hechos y el hecho concreto es que hay un par de asuntos relativamente menores que es necesario resolver para que Zelaya vuelva.
No puede de oficio, ni puede aunque se lo pida el presidente Santos. Tienen que pedirlo los dos países. Si no están los dos, la OEA no puede realizar ninguna acción que signifique involucrarse en temas bilaterales entre los países.
En el caso de Colombia y Venezuela, muchos ofrecieron mediación y de hecho diría que ninguna mediación fue aceptada. Más bien, Colombia y Venezuela, como se ha visto ahora, han decido examinar sus asuntos entre ellos y me parece muy bien, como lo han hecho muchos países antes.
Como tampoco la tiene el SICA (Sistema de Integración Centroamericana) en el Caricom (Comunidad y Mercado Común del Caribe). El asunto es que entre miembros del SICA y el Caricom nunca ha habido problemas en que el organismo actúe y, en este caso, que lo haga la Unasur me parece bien. A mí nunca me van a pillar peleando competencias con otros países. Aquí hay espacio para todos, todos pueden realizar sus funciones. Si algo lo puede hacer mejor la Unasur, en hora buena. La OEA está disponible. La OEA lo que tiene es una ventaja: quien actúe en cualquier tema, tiene que basarse en tratados vigentes y están todos en la OEA. No estoy preocupado por ese tipo de asuntos.
Desconozco los términos exactos del proceso que se ha producido, pero, de nuevo, queda dentro de los parámetros bilaterales. Si un país, en el uso de su soberanía, invita a que otro envíe una fuerza de ayuda, no creo que competa a un organismo multilateral pronunciarse. La lucha al narcotráfico tiene temas espinudos, no queda duda; uno tiene que ver con que los grupos armados de narcotraficantes están en algunos países amenazando la hegemonía del Ejército. Hay que buscar formas de limitar la cantidad de armas que los narcotraficantes adquieren. El flujo de armas desde el Norte por México y Centroamérica no está siendo detenido. Lo peor no es que las armas las produzcan unos malvados narcotraficantes, no: son armeros norteamericanos quienes venden las armas que después los narcotraficantes trasladan. Sin acción en ese campo, vamos a tener un problema serio.
La discusión es ver cómo se afecta un negocio tremendamente lucrativo. Mientras más peligroso, más lucrativo. Hay distintas formas, una es atacar la fuente financiera del negocio, formas de dañar en serio los intereses económicos de los narcotraficantes y haciendo que deban retroceder en algunas de sus actividades. Ese tema debe ser discutido.
Creo que tarde o temprano habrá que llevar la discusión sobre estrategias al seno de la OEA. Por lo demás, la OEA ya aprobó ante la Comisión Interamericana Contra el Abuso de Drogas (Cicat) una línea que combina con más equilibrio temas de represión y de prevención. No llegó la Cicat a discutir el tema de la legalización, pero no descarto que en algún momento pueda hacerlo.
