El Cairo (AFP). Los Hermanos Musulmanes incrementaron hoy la presión sobre los militares afirmando que están dispuestos a mantener una sentada en la Plaza Tahrir hasta que su candidato Mohamed Mursi sea reconocido ganador de las recientes elecciones presidenciales en Egipto.
Tanto Mursi como su rival Ahmad Shafiq, ex primer ministro de Hosni Mubarak, sostienen que ganaron las últimas elecciones presidenciales desde la caída de Mubarak, en febrero de 2011, que terminó el pasado domingo.
La Comisión Electoral, que debía publicar los resultados oficiales hoy, señaló que ese anuncio era postergado hasta una fecha no precisada , para estudiar las denuncias de irregularidades presentadas por ambos sectores.
Los Hermanos Musulmanes también protestan contra las disposiciones adoptadas por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), en el poder, que la semana pasada disolvió el parlamento, dominado por los islamistas, lo que le permite ejercer el poder legislativo.
Esta medida obligará al próximo presidente, sea quien sea, a contar con el aval de los militares para aprobar las leyes, lo que reducirá considerablemente su margen de maniobra.
El ejército también se adjudicó grandes prerrogativas en materia de redacción de una nueva Constitución y de seguridad.
Miles de personas respondieron a la convocatoria de la congregación y manifestaron el pasado martes en la Plaza Tahrir de El Cairo. Algunos de sus militantes permanecieron allí con carpas y tienen intenciones de quedarse hasta que su candidato sea reconocido ganador.
“Nosotros insistimos en que permaneceremos en la Plaza Tahrir para realizar los objetivos de la revolución”, afirmó un alto responsable islamista, Esam el Erian, en el sitio del Partido de la Libertad y de la Justicia (PLJ), surgido de los Hermanos Musulmanes.
El diario de ese partido también llamó a realizar una sentada hasta que Mursi haya sido declarado vencedor frente al ex primer ministro del régimen depuesto, que le disputa la presidencia.
El manifestante Mahmud Ghozlan, advirtió el peligro de que se produzca una “confrontación entre el ejército y el pueblo” si Shafiq es declarado triunfador.
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, manifestó su preocupación por estas nuevas medidas, en particular las del ministerio de Justicia, que acuerdan a los servicios de inteligencia y a la policía militar el derecho de arrestar a civiles.
“La expansión continua de la autoridad otorgada a los generales para hacer detener y juzgar a los civiles va mucho más allá de los poderes que tenían durante Hosni Mubarak”, consideró HRW en un comunicado.
Las medidas constitucionales y de seguridad “son la última indicación a la fecha de que no habrá una transferencia significativa de poder el 30 de junio” a un poder civil, a pesar de que el ejército se había comprometido a ello, según esta organización no gubernamental.
Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton hizo un llamado el miércoles a la junta militar egipcia a cumplir con su promesa de entregar el poder al ganador de las elecciones presidenciales.
Mubarak, de 84 años, que fue condenado a cadena perpetua, se encuentra en estado de coma desde el martes pasado en un hospital militar de El Cairo, según fuentes médicas y militares. Sin embargo, el comunicado oficial sobre su estado de salud prometido para ayer, todavía no había sido publicado hoy.