
Skopje, Macedonia del Norte. El papa Francisco exhortó este martes a los Balcanes a emprender el camino de la concordia, durante una visita a Macedonia del Norte, mosaico de nacionalidades y confesiones, aunque con una mayoría ortodoxa.
Ante los responsables locales, Francisco elogió el patrimonio y la “composición multiétnica y multireligiosa” de este pequeño país de 2,1 millones de habitantes, fruto, según el Papa, de “una historia rica y, por qué no, también compleja de relaciones entretejidas en el curso de los siglos”.
De esta mezcla, característica común del conjunto de los Balcanes, el Papa invitó a hacer “una referencia para la cohabitación serena y fraternal”.
Macedonia del Norte es mayoritariamente ortodoxa (dos tercios de la población) mientras un tercio de la población es musulmana.
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En este país de mayoría eslava, los albaneses representan entre 20 y 25% de la población.
Los católicos, una pequeña comunidad representada por menos del 1% de los 2,1 millones de habitantes del país, cuentan en cambio con la fuerza de la herencia de la Madre Teresa.
La huella de Teresa
Nacida en 1910 en Skopie, entonces bajo tutela del Imperio otomano, se convirtió en lo que el Pontífice describió, en un mensaje de video publicado previo a su visita, como “una valiente misionera de la caridad de Cristo en el mundo, dando consuelo y dignidad a los más pobres entre los pobres”.
Francisco le dedicó una plegaria en su memorial, situado el museo más visitado del país, en presencia de representantes ortodoxos, musulmanes, judíos y metodistas.
Miles de habitantes de todas las religiones acudieron el martes a la misa del Papa en la plaza central, cerca del lugar donde nació madre Teresa antes de dejar definitivamente el país a finales de los años 1920.
Los fieles vinieron de Albania, Bosnia, Grecia, Hungría, Eslovenia e incluso Croacia, único país de los Balcanes mayoritariamente católico.
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En su homilía, el líder del catolicismo citó a la Madre Teresa, pero en este país que durante un tiempo fue uno de los centros de producción de sitios de fake news (noticias falsas), optó por alertar contra “la desinformación” en una sociedad “atiborrada de conexiones”.
Macedonia del Norte es uno de los países más pobres de Europa, con un salario medio de alrededor de 400 euros y más de un tercio de los jóvenes sin empleo.
Al final de la visita, un sacerdote católico de rito oriental, acompañado por su mujer e hijos, aprovechó la ocasión para elogiar la vida conyugal ante el papa Francisco, quien se reunió con el clero de Macedonia del Norte.

“Como sacerdote, Dios me ha dado la gracia de poder sentir la paternidad del cuerpo, dentro de mi familia y, al mismo tiempo, la paternidad espiritual, en mi parroquia. He tenido la experiencia de que estas dos cosas son complementarias”, expresó el padre Goce Kostov, un sacerdote del rito bizantino, acompañado por su esposa, Gabriela, y sus cuatro hijos.
Diáspora y reconciliación
La visita “significó mucho para nosotros, los fieles católicos de aquí”, dijo Dragi Bodjaziski, un fiel de 46 años, mientras el obispo de Skopie, Kiro Stojanov, agradeció al Papa por haberse reunido con “la pequeña comunidad católica que vive en diáspora”.
La ex República Yugoslava de Macedonia del Norte esquivó las guerras balcánicas de los años 1990, pero estuvo cerca de un conflicto interétnico en el 2001.
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El mensaje de unidad del Papa llega apenas unos meses después de que el país aceptórebautizarse Macedonia del Norte, abandonando el simple Macedonia, para poner fin a un viejo litigio con la vecina Grecia y abrir la vía a negociaciones para su adhesión a la Unión Europea.
El primer ministro, Zoran Zaev, artesano de esta reconciliación y creyente practicante de confesión ortodoxa, vio en la visita del Papa un mensaje para que los dirigentes “continúen construyendo puentes para la comprensión mutua y la reconciliación” en los Balcanes.