El príncipe Andrés tendrá que desalojar su mansión real luego de que el rey Carlos III le exigiera mudarse de su casa de $37,4 millones, Royal Lodge, en la finca de Windsor, una orden que el duque de York se niega a acatar y que reaviva las tensiones entre los hermanos, según informaron medios británicos.
Carlos III comunicó recientemente a su hermano que deberá abandonar la casa donde vive con su exesposa Sarah Ferguson para mudarse a la antigua residencia del príncipe Harry y Meghan Markle, Frogmore Cottage, que los duques de Sussex desalojaron en marzo de este año también a petición del rey.
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Según reveló The Mail on Sunday, la mansión de 30 habitaciones podría estar destinada a ser el nuevo hogar de los príncipes de Gales, Guillermo y Kate, y sus tres hijos. Con esta medida, Carlos busca recortar la subvención anual de $312.000 que la reina Isabel II dejó a su hijo predilecto, una nueva decisión contra su hermano luego de haberle quitado su suite reservada en el Palacio de Buckingham en enero.
La noticia no fue bien recibida por Andrés, quien planea tener una conversación cara a cara con su hermano el rey, ya que se niega a abandonar la mansión real, de acuerdo a comentarios de personas familiarizadas con el tema.
Andrés de York, excluido de sus deberes reales en el 2019 por su asociación con el pedófilo multimillonario Jeffrey Epstein, vivió en esa residencia durante los últimos 20 años junto a Sarah. Sus hijas, Beatrice y Eugenie, los visitan a menudo.
Sus allegados aseguran que el príncipe “está de mal humor”, y “se ha vuelto solitario” ya que “se niega a ver a nadie”, detalló el Daily Mail. “Eugenie está embarazada y sus padres esperan tener al nuevo nieto ahí este verano”, indicó al Daily Mail un amigo de los York. “No hay que olvidar que Sarah ha sido el pegamento que ha mantenido unida a la familia durante esta pesadilla”, agregó.
Durante la coronación de su hermano, al igual que su sobrino Harry, Andrés fue parte de los invitados pero no tuvo ningún papel oficial al no ser miembro activo de la familia real británica. Si bien participó en el cortejo fúnebre de su madre la reina, fallecida en setiembre, no caminó detrás de la pareja real en la procesión de regreso al Palacio de Buckingham después de la ceremonia.
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El príncipe Andrés y Virginia Giuffre, la norteamericana que luchaba por llevarlo al banquillo, llegaron a un acuerdo en febrero del 2022 en una demanda por agresión sexual por una suma no especificada, según documentos judiciales.
Como parte del acuerdo, la realeza británica hizo una “donación sustancial” a una organización benéfica fundada por Giuffre que apoya a las víctimas de tráfico sexual.
Giuffre dijo que tuvo relaciones sexuales con Andrés cuando tenía 17 años y era menor de edad según la ley estadounidense, tras conocerlo a través del financista estadounidense Epstein, que se suicidó en prisión mientras esperaba un juicio por delitos sexuales.
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