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El cardenal francés Philippe Barbarin (centro) llegó al tribunal de Lyon para asistir a la audiencia de apelación, este jueves 28 de noviembre del 2019. (JEFF PACHOUD/AFP)
Lyon, Francia. El cardenal francés Philippe Barbarin compareció este jueves en la apertura del juicio de apelación tras haber sido condenado por encubrir abusos sexuales, y en la primera audiencia dijo que no entendía de qué era culpable.
El alto dignatario de la Iglesia católica en Francia, quien reconoce que cometió errores pero niega ser culpable, fue condenado a seis meses de prisión provisional, en un caso que se convirtió en un símbolo del silencio de la Iglesia frente a la pederastia.
"¿Cuál es la razón de su apelación", le preguntó al inicio de la audiencia el presidente de la corte de Lyon (centro-este), Eric Seguy.
“No logro entender de qué soy culpable y qué se me reprocha”, respondió el purpurado, de 69 años.
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“Admití haber cometido errores (...), pero no pensé que tenía que alertar a la Justicia”, añadió Barbarin, quien señaló que cuando se enteró de los abusos cometidos por Bernard Preynat, un cura de su diócesis, los hechos “ya estaban prescritos” lo que “impedía una acción ante la Justicia”.
"Las cosas y las historias de las que habla, me pasaron en 1978", replicó Didier Bardiau, de 51 años, víctima de Preynat, que no había comparecido en primera instancia.
“Hace 17 años que él habría podido denunciar a Preynat, desde el 2002, me habría hecho ganar 17 años de mi vida, es casi la mitad de mi silencio”, le espetó el denunciante a Barbarin, agarrado a la barra.
El cardenal afirmó que en el 2010, en pleno escándalo de pederastia en Irlanda, convocó al párroco, con ocasión de un cambio de destino, para “tener el corazón claro” sobre esos “rumores”. Pero mantiene que no llegó a aclarar nada, y que se limitó a creer a Preynat cuando este le aseguró que dejó de actuar así en 1991.
‘Verdad transformada’
Fue Alexandre Hezez, un ex boy scout, quien le contó en el 2014 al cardenal las agresiones que había sufrido en los años 1980 por parte de Preynat. Este último fue expulsado del estado clerical a inicios del 2019 y tendrá que responder ante la Justicia en enero del 2020.
Hezez decidió presentar una denuncia en el 2015, pese a la prescripción de los hechos. Después de esto, otras nueve víctimas denunciaron a Barbarin por haber encubierto a Preynat.
Según Barbarin, el prelado quería que "la verdad fuera dicha" y que por ello animó a Hezez a encontrar otras víctimas, más jóvenes.
"Eso es una transformación de la verdad, él nunca, nunca, me pidió eso", le replicó Alexandre Hezez.
El purpurado, atrincherado en su postura, se mostró confuso y repetitivo en sus respuestas, evitando emplear el término “abusos sexuales”.
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Las personas esperaban para entrar a la sala de la corte de Lyon, Francia, donde se realizaría la audiencia de apelación del cardenal Philippe Barbarin, este jueves 28 de noviembre del 2019. (JEFF PACHOUD/AFP)
Barbarin afirmó que antes del 2014 no sabía nada concreto de las acciones de Preynat y que puede “dar los nombres de una quincena de familias que sabían y ahora se arrepienten de no haber dicho nada”.
Una víctima me dijo: “Te ataco a ti porque no voy a atacar a mi padre”, aseguraó
"Me parece sorprendente que descargue su responsabilidad en los demás, en los padres", reaccionó Pierre-Emmanuel Germain-Thill, una de las partes civiles.
“Los rumores sobre Preynat, ¿qué eran? ¿Que les enseñaba a hacer trampas en el Monopoly?”, lo interpeló el abogado Jean Boudot.
“No estaba claro, eso, nadie me dijo nada”, respondió el purpurado.
Consulta sin denuncia
“¿Acaso usted ha denunciado los hechos ante la Justicia?”, preguntó después la abogada Raphaëlle Hovasse. “Consultar al fiscal, incluido el fiscal general, para saber que debo hacer, sí, lo hice”, admitió Barbarin.
“Consultar, pero no denunciar”, replicó la abogada, mientras que el cardenal se justificó diciendo que “no sabía cómo hacerlo con hechos viejos”.
La condena de Philippe Barbarin se produjo en un contexto delicado para la Iglesia Católica, sacudida por varios escándalos de pederastia en todo el mundo y acusada de haber encubierto casos.
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En marzo, después de la condena de Barbarin, el papa Francisco rechazó su renuncia, invocando "la presunción de inocencia".
El purpurado sigue siendo arzobispo de Lyon a la espera de la decisión de su juicio en apelación. No obstante, dejó la gestión del día a día a un administrador apostólico, Michel Dubost, por “sugerencia” del Pontífice.
En primera instancia, las audiencias se centraron en los testimonios de las víctimas de Preynat. Pero este nuevo juicio, que debe durar hasta el viernes, se focalizará más en cuestiones jurídicas planteadas por el caso, sobre todo en cuanto a la prescripción de los hechos.