Sergio Arce sarce@nacion.com Redactor de La Nación
Luego de la victoria del comunismo en China de la mano de Mao Tse-tung, en 1949, los nacionalistas salieron hacia una pequeña y escabrosa isla del Pacífico llamada Taiwán.
Liderados por Chiang Kai Shek, los nuevos inquilinos decidieron iniciar una nueva vida "democrática".
Fue así como nació el Kuomintang. El régimen autoritario de partido único, solo reconocido por una treintena de países, empieza a modificarse en 1986 con la aparición del Partido Democrático Progresista (PDP) y la celebración de las primeras elecciones libres el 21 de diciembre de 1987, tras derogar la ley marcial.
Pero, desde el año pasado esta agrupación ha venido resintiendo el golpe del electorado.
En marzo del 2000, Chen Sui-bian ganó las elecciones presidenciales.
Esta victoria supuso un distanciamiento mayor con su poderoso vecino del otro lado del estrecho de Formosa, China continental, que no ceja en su empeño de recobrar a la provincia "rebelde" (Taiwán). Para ello, sistemáticamente mantiene una campaña de amenazas y "desprestigio" en escala internacional.
El segundo revés para el Kuomintang ocurrió ayer con los comicios parlamentarios contra el PDP.
Tras cinco décadas de dominio legislativo, los taiwaneses optaron por buscar "mayor estabilidad política y económica".
Desde su separación, el Kuomintang adoptó y reformó la Constitución de 1947, que rige en China continental.
Una de las medidas que el partido de Chiang Kai Shek adoptó a su llegada a Taiwán fue nombrar oficialmente a la isla como República Popular de China.