Kemerovo, Rusia. La indignación crecía el martes en Rusia luego del incendio en un centro comercial de Siberia en el que murieron al menos 64 personas, entre ellas 41 niños, y se señalaba la corrupción como principal causa de la tragedia.
En Kemerovo, la ciudad industrial de 500.000 habitantes donde este edificio ardió durante horas el domingo y el lunes, varios cientos de manifestantes, entre ellos numerosos allegados de las víctimas, se congregaron en la plaza central.
Aunque criticaron al vicegobernador de la región, Serguéi Tsiviliov, quien se arrodilló para pedirles perdón, su ira iba sobre todo dirigida contra el gobernador, Aman Tuleyev, de 73 años y en el poder desde 1997, a quien reclamaron que dimitiera.
El rencor tras este drama se fue propagando por el país, donde se produjeron múltiples manifestaciones en varias ciudades, como Moscú y San Petersburgo.
“Todos estos niños murieron por culpa de la corrupción y la impunidad. Los mató el poder”, declaró Varia Mijailova, una manifestante de 26 años, en San Petersburgo. “Los incendios ocurren en todas partes, pero es aquí donde las autoridades se muestran tan indiferentes”.
“Mi amiga en Kemerovo perdió a dos niños, su marido está en reanimación. Todo esto es el resultado de la negligencia y de la codicia”, expresó Katia Nekrasova, una manifestante de 29 años en Moscú.
El saldo de víctimas podría agravarse. El Comité de Investigación, instancia a cargo de las principales pesquisas criminales en Rusia, dio cuenta de una lista de 67 desaparecidos.
Por ahora, solo 25 cuerpos han podido ser identificados, informó Larisa Demeniova, una portavoz de la administración de la región de Kemerovo.
Irregularidades
El gigantesco centro comercial, que incluía cines, salas de juegos, tiendas y restaurantes, abrió en el 2013 sin haber recibido la aprobación de las autoridades, justamente por problemas de seguridad antiincendio, explicaron las autoridades.
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El Comité de Investigación dijo que descubrió “violaciones flagrantes” en las reglas de seguridad, tanto en la construcción como en la explotación del centro.
El martes por la mañana, el presidente ruso, Vladimir Putin, hizo una ofrenda floral en el lugar del incendio y visitó a los heridos antes de reunirse con varios funcionarios locales y nacionales.
“El primer sentimiento cuando hablamos de la cantidad de niños muertos no es el de llorar, es de gritar. Y cuando escucho lo que se dice aquí, francamente surgen otros sentimientos”, dijo Putin.
“Hablamos de demografía y perdemos a tanta gente. ¿Debido a qué? Por negligencia criminal, por descuido”, declaró.
“Lo que ha pasado aquí no son hostilidades, no es un estallido de metano en una mina. La gente había venido a descansar. Había niños”, agregó el presidente, según las declaraciones difundidas por el servicio de prensa del Kremlin.
Durante la reunión con los funcionarios, el director del Comité de Investigación, Alexander Bastrykin, precisó que el sistema de alarma automática del centro comercial no funcionaba desde el 19 de marzo y que no se había tomado ninguna medida.
Añadió que varios empleados del centro huyeron cuando empezó el fuego, dejando a las víctimas encerradas en el interior de las salas de cine.
Un joven herido de 18 años que escapó del incendio saltando de un cuarto piso, Iván Zavarzin, expresó que “mucha gente no creyó en la gravedad de lo que pasaba en los primeros minutos, creían que era un simulacro”, según la página Internet del Kremlin.
Cinco personas fueron detenidas, entre ellas el arrendatario del local donde comenzó la deflagración, el director de la empresa que gestiona el centro comercial y un miembro de una empresa a cargo de la seguridad, sospechoso de haber desconectado el sistema de anuncios sonoros cuando empezaron las llamas, según el Comité.
Todos los años muchas personas mueren en incendios en Rusia, a causa de una aplicación laxa de las normas de seguridad.
En diciembre del 2015, 23 pacientes de un hospital psiquiátrico del suroeste de Rusia murieron en el incendio de una construcción de madera.
En el 2013 otros dos fuegos en establecimientos psiquiátricos provocaron la muerte respectivamente de 37 y 38 personas.
El peor incendio de la historia reciente de Rusia se produjo en una discoteca de Perm en el 2009. Perecieron 156 personas.