Salvador Monge, profesor de la Universidad de Costa Rica (UCR), asegura que el miedo paraliza a todos los habitantes y turistas en Turquía, luego del mortal terremoto (7,8 de magnitud) y la fuerte réplica (7,5) que azotaron este lunes a ese país y al vecino Siria.
“La cosa es horrorosa, hay más de 2.000 edificios en el suelo colapsados y miles de muertos. El Gobierno está en alerta; sin embargo, el número de rescatistas es muy poco para lo que está pasando”.
“Los cuadros que uno ve. Los rescates de niños que salen debajo de los escombros. En la calle, niños, niñas, jóvenes, andan deambulando porque no encuentran a sus padres, no saben si están vivos o no. Eso hace crecer la tensión”, narró Monge.
El académico se encuentra en Turquía. Estuvo cerca del lugar donde ocurrieron los poderosos sismos y luego viajó de Ankara a Bursa y de ahí a Estambul, lugar donde permanece actualmente.
Comentó que el clima tampoco está ayudando, pues el atraviesa un invierno muy fuerte con temperaturas a menos cero grados. En cuanto a los hospitales, muchos están colapsados y algunos sufrieron daños debido al terremoto.
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Monge indicó que algunas familias tomaron la decisión de quedarse dentro de sus autos en áreas totalmente descubiertas; mientras que otras, que no tienen recursos, “están improvisando carpas con plásticos para protegerse de la lluvia y de la nieve. No hay servicios, no hay electricidad, no hay agua y eso complica el asunto”, aseveró.
Otro obstáculo que vive Turquía es el difícil acceso a la zona donde ocurrió el desastre natural. “A pesar de que hay una red vial muy fuerte, muchas de las carreteras fueron dañadas”, mencionó el tico.
Monge le contó a La Nación, que el Gobierno de ese país solicitó ayuda internacional de forma urgente y ya abrieron las fronteras para recibir esa colaboración.
“Se espera un apoyo, más que condolocencias. Muchos países están enviando condolencias pero se requiere más apoyo, alimentos, expertos en rescates”, manifestó el costarricense.
A raíz de esto, el presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó a su equipo “brindar toda la asistencia necesaria”.
Los primeros balances conjuntos de muertos tras el terremoto que azotó a Turquía y Siria este lunes ascendió a, al menos, 2.300 fallecidos, pero se espera que la cifra siga creciendo en las siguientes horas.
Según la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) de Turquía, los sismos dejaron en ese país 1.498 muertos y al menos 8.533 heridos. Hay contabilizados 2.834 edificios derrumbados, lo que hace temer un número aún mayor de víctimas. Además, en Siria se contabilizan 800 muertos.