Agadir, Marruecos (AP). La Comisión Ballenera Internacional (CBI) comenzó su reunión más importante en décadas, en la que sus países miembros analizarán la prohibición de 25 años de caza comercial de ballenas en favor de un régimen de caza controlada.
Aunque grupos defensores del ambiente aseguran que la moratoria de 1986 ha sido una de las medidas de protección más exitosas de la historia, ésta no logró evitar que Japón, Noruega e Islandia mataran a cientos de ballenas cada año, en contra de lo decretado.
Una propuesta ante la comisión de los 88 países miembros permitiría que estos tres países limitaran la caza de ballenas a cambio de la suspensión de su estatus de naciones violadoras del actual convenio internacional e imponer un periodo de 10 años de monitoreo internacional.
El autor de la propuesta, el chileno Cristian Maquieira, presidente de la CBI, ha dicho que la nueva medida salvaría a 5.000 ballenas en 10 años.
Permitir una caza controlada también podría reducir el acoso de los que intentan interrumpir la caza de ballenas. Esa lucha en ocasiones acaba en enfrentamientos violentos en alta mar.
A poco de iniciarse la conferencia anual, el vicepresidente de la comisión, Anthony Liverpool, aplazó las sesiones abiertas por dos días para dar a los países a favor y en contra de la caza una oportunidad para discutir si se puede llegar a una solución negociada.
La suspensión de la agenda normal de la reunión demuestra la controversia existente alrededor de levantar la prohibición. La reunión terminará el viernes.
En Chile, el gobierno se mantiene en oposición a la caza comercial de ballenas y a las capturas practicadas por Japón, Noruega e Islandia, pese a que el autor de la propuesta que se discute en Marruecos precisamente es de origen chileno.
La cancillería chilena aclaró la posición del gobierno tras criticas de legisladores oficialistas, de oposición y dirigentes de ONGs, que criticaron que Chile sea partidario de proteger a los cetáceos, mientras uno de sus embajadores, Maquieira, impulse el fin de la moratoria comercial por una década.
“Chile se opone terminantemente a la cacería comercial de ballenas, promueve la mantención de la moratoria para la cacería comercial y el respeto a los santuarios establecidos”, señala el comunicado de la cancillería.
Añade que el país busca el fin de la cacería científica de Japón y la caza comercial bajo reserva de Noruega e Islandia.
El representante chileno en Agadir, José Fernández, tiene instrucciones precisas de postularse en contra durante la reunión de la comitiva.
Los defensores del medio ambiente denunciaron la propuesta de realizar negociaciones a puerta cerrada, que describieron como “fundamentalmente inaceptable”. Wendy Elliott de WWF International, dijo que todas las preparaciones para la reunión fueron llevadas a cabo en secreto, y que ahora es momento de iniciar una discusión transparente y honesta.
Muchos miembros de la comisión se oponen a sancionar cualquier tipo de caza de ballenas. Otros podrían acceder a un acuerdo que imponga duras condiciones, para proteger a la mayoría de las especies en peligro de extinción y exigir que Japón frene sus incursiones en el Santuario Austral de la Antártida, donde un 80% de las ballenas de los océanos van a alimentarse. Muchos miembros quieren también que paren las ventas internacionales de carne de ballena.
Chile prohibe que cualquier cetáceo sea cazado en sus 5,3 millones de kilómetros cuadrados de mar jurisdiccional.
En el Santuario Austral, Japón utiliza arpones con cabezas explosivas para capturar a la mayoría de las más de 1.000 ballenas que mata anualmente, a menudo junto a sus crías.