Dirigentes de la oposición venezolana y representantes estudiantiles encabezaron una multitudinaria manifestación opositora en Caracas y establecieron una agenda de exigencias al Gobierno entre las que figuran la libertad de los detenidos y el castigo a los culpables de represión en las marchas.
El líder opositor Henrique Capriles, gobernador del estado de Miranda, encabezó una manifestación en la que condenó de nuevo la violencia, llamó a no protestar en horario nocturno y a no bloquear las calles, al tiempo de exigir rectificaciones al Gobierno y la libertad del dirigente político Leopoldo López.
Denunció que hay 18 casos de torturas que constan en expedientes judiciales de personas detenidas durante las protestas que tienen lugar desde el pasado 12 de febrero en el país y dijo que hay más de 500 denuncias por “represión brutal”.
Entre ellas, contó el caso de un estudiante que perdió un ojo por una bomba lacrimógena tirada a la cara, el de un joven que denunció haber sido violado con un fusil, y otros dos de personas que tienen una fisura en la cabeza y en las costillas por golpes.
Además, mencionó los casos de dos jóvenes que fueron golpeados y rociados con gasolina en la Policía Científica de Caracas e informó que una joven falleció en Valencia durante las manifestaciones.
Con la muerte de esta joven ya son diez los muertos en incidentes relacionados con las protestas. Además, hay más de 130 heridos y decenas de detenidos.
Capriles pidió por eso “una medida humanitaria y la libertad” del comisario Iván Simonovis, condenado por muertes durante el fallido intento de golpe de Estado en Venezuela en 2002 contra Hugo Chávez.
También se pide que “se acabe la persecución” y que quienes están afuera en el “exilio” puedan regresar a Venezuela.
Por otra parte, demandan el desarme inmediato de los paramilitares y que se conforme una comisión con diputados del partido de Gobierno y de la oposición para que conjuntamente con Fiscalía y los tribunales de la República haya “justicia para todos los caídos y todos los que han sido brutalmente reprimidos”.
Además, Capriles arremetió contra el presidente, Nicolás Maduro, diciendo que la oposición es amante de la paz, “pero jamás” se pondrán “de rodillas frente a unos corruptos”, señaló.
“No te acepto ni te aceptan los venezolanos aquí, los venezolanos que piensan distinto no son fascistas”, exclamó.
Venezuela vive un clima de protestas desde el pasado 12 de febrero después de que una manifestación de estudiantes y opositores concluyera en hechos de violencia y la muerte por disparos de bala de tres jóvenes.
Violencia casera. La Guardia Nacional Bolivariana (GNB, Policía militarizada) de Venezuela decomisó 360 bombas caseras en la céntrica ciudad de Valencia, a 180 kilómetros al oeste de Caracas, dijo el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), Diosdado Cabello.
Las “bombas molotov” estaban en poder de dos personas que ya fueron detenidas, quienes también ocultaban 16 kilos de pólvora y otros elementos para “provocar muertes de personas”.
“A los violentos y fascistas no les importa quiénes sean los muertos, solo quieren provocar muertes, que haya muertos para que la violencia sea una espiral imparable”. Esto, dijo el diputado afín al Gobierno, con el objetivo de que derive en el derrocamiento de Maduro.