Lahore. AFP. Una mujer embarazada fue lapidada en Pakistán por su propia familia tras haberse casado con el hombre que ella había elegido, lo cual revela la frágil situación de la mujer y los horrores de los crímenes de honor en su país.
Unos 30 miembros de su familia mataron a pedradas el martes a Farzana Parveen, de 25 años, a la entrada del tribunal de Lahore, en pleno centro de esta ciudad de más de 10 millones de habitantes.
La molestia de los familiares surgió porque Parveen decidió casarse con la persona que decidió en contra de la voluntad de ellos, en un país donde los matrimonios forzados siguen vigentes.
La joven se dirigía a un tribunal para testificar contra su familia, que acusaba a su marido de haberla “secuestrado”, y declarar que había elegido casarse con Iqbal.
“Habíamos recibido muchas amenazas desde que nos casamos”, declaró Iqbal ayer por teléfono desde el pueblo de Jaranwala donde tuvo lugar el entierro de la joven.
La pareja denunció el 12 de mayo que ya habían conseguido escapar de un ataque en una situación similar, manifestó el joven.
E n Pakistán entraron en vigor la década pasada varias leyes que prohibían los matrimonios forzosos y castigaban los crímenes de honor, pero chocan con costumbres ancestrales o interpretaciones arbitrarias del islam.
“Con esta excusa se ignora que en la religión musulmana una mujer tiene derecho a elegir marido”, dijo la activista Bina Shah.