Adén. AFP. La situación en Adén, la segunda ciudad de Yemen, sigue empeorando, con empresas cerradas, falta de alimentos y el éxodo de los civiles, cuando se cumplen 19 días de la intervención aérea de una coalición liderada por Arabia Saudí.
Adén amaneció el lunes tras una larga noche de violencia entre los partidarios del presidente Abdo Rabu Mansur Hadi y sus adversarios, los rebeldes chiitas hutíes y sus aliados.
Al menos 30 personas, incluidos 13 civiles, 11 hutíes y seis combatientes partidarios de Hadi, perdieron la vida en estos combates ocurridos en varios barrios, de acuerdo con fuentes médicas y militares.
En la madrugada, los aviones de la coalición árabe bombardearon el complejo presidencial en manos de los rebeldes en el puerto de Adén, que fue el último refugio de Hadi antes de que huyera hacia Arabia Saudí en la víspera de la intervención militar árabe-sunita, que comenzó el 26 de marzo.
Un militante partidario de Hadi, Metaz al-Maisuri, residente en Adén, informó de que desde finales de marzo ha habido un “éxodo masivo” de familias que han huido de la ciudad como consecuencia de la intensidad de los combates.
“Las escuelas, las universidades y las empresas públicas y privadas han cerrado”, dijo. Agregó que “numerosos obreros y empleados han sido despedidos por sus superiores porque no les podían pagar”.
A la población le falta de todo, alimentos principalmente, según las organizaciones humanitarias.
“Hay combates en todas las esquinas y he tenido que obligar a mis hijos a quedarse en casa porque varios de mis vecinos han sido abatidos por francotiradores hutíes, mientra que ellos no tenían nada que ver”, manifestó Adwaa Mubárak, una mujer de 48 años.
Tras partir en setiembre desde Sada, su bastión en el norte de Yemen, los rebeldes hutíes se han hecho con el control de Saná y de regiones del centro, del oeste y el sur, lo que provocó la huida del presidente Hadi y su primer ministro a Riad y la intervención saudí.
Este lunes, el primer ministro yemení, Khaled Bahah, prestó juramento como vicepresidente en la embajada del país en la capital saudí.
Hadi expresó este lunes en una tribuna en el diario estadounidense The New York Times que la crisis en su país se debe al “hambre de poder de Irán y a su ambición de controlar toda la región”, acusaciones que Teherán niega.
Irán ha condenado los bombardeos de la coalición y ayer centenares de personas se manifestaron en Teherán delante de la embajada de Riad.
Por su parte la organización Human Rights Watch (HRW) pidió a la coalición árabe que tome las medidas para “minimizar el sufrimiento de los civiles” y también pidió a Washington que investigue el bombardeo de un campo de refugiados.
Los civiles han pagado un precio muy alto y constituyen buena parte de los centenares de muertos y de los miles de heridos reportados por la ONU.
“Hay escasez de agua y de alimentos, y la gente es incapaz de desplazarse”, señaló la portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja , Marie-Claire Feghali, presente en la capital yemenita.
En este contexto, al personal de Médicos Sin Fronteras (MSF) le resulta muy difícil desplazarse y atender a los habitantes que necesitan asistencia, precisó Marie-Elisabeth Ingres, una de las responsables de la organización.
Las pérdidas de los hutíes y de sus aliados, militares fieles al expresidente Ali Abdalá Saleh, siguen siendo desconocidas, pero las imágenes de los ataques, difundidas por la coalición, dejan entrever que entre sus filas hay un gran número de muertos y heridos.
Los desplazados se cuentan por decenas de miles y los extranjeros también padecen dificultades en los procesos de evacuación.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señala que no menos de 16.000 personas son, de momento, incapaces de abandonar Yemen, mientras que varios miles de extranjeros ya han sido evacuados por vía aérea o marítima.