Túnez AP, AFP Cientos de turistas extranjeros que se encontraban en el Museo del Bardo, en Túnez, fueron el blanco –junto a la economía del país– de un atentado terrorista cometido por dos hombres armados y que dejó 19 muertos.
Se trata del ataque más grave contra civiles en el norte de África en 13 años. El presidente tunecino dijo que la joven democracia está involucrada en una guerra contra el terrorismo.
Los hombres, que usaban vestimenta tipo militar y llevaban fusiles de asalto, llegaron en un vehículo y comenzaron a disparar contra los turistas que subían a autobuses estacionados frente al museo antes de entrar al recinto para tomar rehenes, donde murieron al enfrentarse con las fuerzas armadas.
“Quiero que el pueblo de Túnez comprenda que estamos en guerra contra el terrorismo y que estos salvajes grupos minoritarios no nos asustarán”, dijo el recién electo presidente Beji Caid Essebsi por televisión. “La lucha contra ellos continuará hasta que sean exterminados”.
La violencia en Túnez se había concentrado en los últimos años en las fuerzas de seguridad y no en los extranjeros ni en sitios turísticos. El ataque asesta un golpe a los esfuerzos tunecinos por revivir la actividad del turismo, que representa 7% del PIB.
“Esto no es bueno para el turismo ni para Túnez. Es malo para su economía y para el espíritu de libertad que parecía emerger”, dijo Jean-Pierre Mas, presidente del Sindicato Nacional de Agencias de Viaje en Francia (SNAV).
Nacionalidades. El primer ministro tunecino, Habib Essid, detalló por televisión la nacionalidad de las víctimas: cuatro italianos, un francés, dos colombianos, cinco japoneses, un polaco, un australiano, dos españoles, dos tunecinos (un policía y un chofer) y otra víctima aún sin identificar.
Las autoridades dijeron que unas 50 personas de diferentes nacionalidades sufrieron heridas. Hay 11 heridos polacos y al menos seis italianos.
Túnez registra el auge de un movimiento yihadista armado desde la revolución de enero del 2011 (inicio de la Primavera Árabe) que obligó a Zine el-Abidine Ben-Alí a abandonar el cargo de presidente que ocupaba desde hacía 23 años.
El país se ha convertido en una de las principales canteras para los grupos islamistas armados en Siria, Irak y Libia. Se calcula que entre 2.000 y 3.000 tunecinos combatirían en las filas yihadistas en el extranjero. Medio millar más han regresado, según la Policía, y son considerados una de las máximas amenazas de seguridad.
Horas de caos. Durante el ataque, decenas de turistas salían de los museos o abrazaban a sus niños mientras soldados les apuntaban con sus armas.
El alcalde de un pequeño pueblo español describió la escena que dio inicio al caos. “Cuando entraron al museo vi sus caras”, dijo Josep Lluis Cusido, alcalde de Vallmoll. Pude esconderme detrás de una columna, pero hubo gente sin suerte que murió ahí mismo”.
En la noche, miles de tunecinos se congregaron en la avenida Bourguiba, en el centro de la ciudad y corearon “Túnez libre”.
El Museo Nacional Bardo, dentro de un palacio del siglo XV, es el mayor de Túnez y tiene una de las mejores y más completas colecciones de mosaicos romanos en el mundo.
Está cerca del Parlamento, unos 4 kilómetros del centro de la ciudad. Una nueva ala de arquitectura contemporánea fue añadida como parte de una renovación en 2009, duplicando su área. El museo exhibe unas 8.000 obras, según su cibersitio.
Instalado en un palacio de la época del Imperio Otomano, el museo del Bardo acoge a centenares de miles de visitantes cada año, y registró su mayor número en 2005, con 600.000 personas. En 2011, año de la revolución, solo lo visitaron 100.000.
Túnez ha sido más estable que otros países de la región, pero se ha visto afectado por la violencia de los extremistas islámicos en años recientes, incluso algunos vinculados con el grupo Estado Islámico. También hay algunos extremistas vinculados a la filial norafricana de al-Qaeda que atacan ocasionalmente a las fuerzas de seguridad tunecinas.