Las familias costarricenses se muestran cada vez más pesimistas ante la situación de la economía, reveló la más reciente encuesta sobre confianza del consumidor, de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica. La medición se realiza cada tres meses.
De acuerdo con los datos expuestos ayer por el investigador Johnny Madrigal, el índice de confianza del consumidor ha caído de manera sostenida desde febrero (primera medición del año) hasta hoy cerca de seis puntos.
En el 2010, el indicador pasó de 54,2 a 47,8 (en una escala de uno a 100). El sector de consumidores pesimistas aumentó de 11,2% a 18,3%, mientras la de los optimistas cayó de 34,9% a 25%.
En el medio se encuentran los hogares con una posición ambivalentes, que contabilizaron 56,7%.
En cuanto al sexo, el indicador señala que tanto hombres como mujeres se muestran menos optimistas ahora ante la marcha de la economía, en comparación con la encuesta de febrero.
Madrigal señaló las principales razones que explican el bajonazo en el optimismo de los consumidores nacionales. Entre ellas, destacó los efectos de la crisis económica mundial, el golpe que las lluvias de semanas atrás propinaron a la agricultura y a la infraestructura vial y la crisis con Nicaragua por la invasión de sus tropas a suelo nacional.
Subrayó, además, que el 75,2% de los consumidores consultados cree que el precio de los combustibles aumentará en los próximos 12 meses; el 41,4% asegura que habrá escasez de alimentos en el mismo período y un 21,5% estima que se quedará sin trabajo.
Édgar Gutiérrez, director de la Escuela de Estadística, apuntó que los actuales resultados reflejan que “el equipo de Gobierno no ha sido capaz de transmitir un mensaje de esperanza” a la sociedad.