Cementos Progreso, empresa de origen guatemalteco, compró en $329 millones las operaciones que la mexicana Cemex tenía en Costa Rica y El Salvador.
La adquisición implicó siete plantas de concreto premezclado, una planta de cemento, otra de molino de cemento, una cantera de agregados y dos centro de distribución. Así como una planilla de 300 personas en ambos países, quienes continuarán en sus puestos explicó José Raúl Gonzalez, director general (CEO, en inglés) de la empresa.
González conversó con La Nación este jueves 1. ° de setiembre, a continuación un extracto de la entrevista.
— ¿Por qué deciden ingresar a Costa Rica y El Salvador?
— En una palabra es por suerte, entendiendo suerte como la combinación de la preparación y la oportunidad. Desde hace ya varios años veníamos aspirando a poder salir de nuestras fronteras y lo pudimos hacer hace 20 años, cuando adquirimos parte de Cementos del Norte, en Honduras. Posteriormente, a finales del 2019, tuvimos la oportunidad de adquirir un molino de cemento en Panamá.
En el 2020, cuando habíamos concluido y estaba complemente en operación la nueva fábrica de cemento San Gabriel, en Guatemala, pues queríamos continuar las oportunidades del mercado. Afortunadamente, coincidimos con Cemex con su intención de poner en el mercado estas dos operaciones. Entramos en el proceso de discusión, negociación y logramos culminarlo a finales del año pasado.
— ¿Cómo fue el proceso de negociación con Cemex?
— Duró varios meses en el 2021. Fue un proceso complicado porque estábamos en pandemia y las discusiones no podían ser presenciales, sino a distancia, mediante mecanismos tecnológicos. Fue complejo, pero cuando existen la voluntad y profesionalismo de cada una de las partes, se hizo de manera correcta.
—Adquirir Cemex convierte a Cementos Progreso en operador relevante. ¿Cómo será la competencia con Holcim?
— Hay diversas compañías de cemento y materiales de construcción en la región. La competencia es el pan nuestro de cada día. Las personas tienen opciones y pueden escoger entre ellas. Lo más satisfactorio es escuchar los comentarios de los clientes, buenos y malos. Los buenos nos dan satisfacción y los malos nos permiten mejorar cada día.
— ¿Cuánto crece el negocio al incorporar Costa Rica y El Salvador?
— Nos hará crecer un 15% de nuestro volumen, eso nos llevará a poco más de siete millones de toneladas de capacidad de producción y comercialización en los siete países, desde Belice hasta Colombia.
—¿Qué podrán hacer con las plantas adquiridas?
— Nos va a permitir aprender mucho de los colegas en Costa Rica y El Salvador porque las operaciones son muy bien manejadas. Ambas tienen personal competente y compartir nuestras mejores prácticas. Particularmente, nuestra cultura empresarial que creemos ha sido la clave del éxito de la compañía en los últimos 122 años.
“Vamos a incorporar a más de 300 personas y llegaremos casi a 5.000 trabajadores repartidos en siete países en la región. Vemos a nuestros colaboradores como nuestros hermanos y hermanas, en compartir una misión y valores. Liderazgo genuino, comportamiento ético, solidaridad y el compromiso con la sostenibilidad de nuestras empresas”.
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— ¿Qué aportará Cementos Progreso a Costa Rica y El Salvador?
— Nos vemos en un proceso de incorporación de todas las operaciones, como el empleador favorito y preferido por los ciudadanos centroamericanos. También queremos ser el proveedor favorito de nuestros clientes. A partir de este momento son la razón de ser. Darles el servicio, calidad, producto y precio que ellos esperan.
“Queremos ser un líder ambiental porque manejamos esta compañía por un tiempo y se la tenemos que heredar a nuestros hijos. Ese medio ambiente que dejemos será tan bueno o tan malo dependiendo de nuestra ejecución. Y, por supuesto, ser un ciudadano corporativo ejemplar. En Progreso decimos que construimos juntos el país donde queremos vivir”.
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José Raúl González, director general de Cementos Progreso. (Cementos Progreso)
— ¿Cuáles son los negocios de mayor fortaleza de la empresa?
— En el área de materiales de construcción, específicamente, en cemento, en concreto, en la cal, agregados y bolsas de papel. En Guatemala tenemos un negocio de comercialización de energía eléctrica porque es un insumo importante (para la producción). También tenemos cadenas de tiendas propias de distribución de materiales de construcción, cadenas de mayoreo y franquicias.
“En Guatemala tenemos la actividad más extendida porque fue donde nacimos. Pero en Costa Rica esperamos tener la producción de cemento, agregados y concreto. Nos acomodamos a las necesidades del cliente, porque se convierte en nuestra obligación”.
— ¿Prevén abrir tiendas propias en Costa Rica o hacer la distribución con clientes de ferreterías?
—Ambos modelos pueden convivir perfectamente. En Guatemala tenemos más de 400 clientes a nivel de retail y todos ellos conviven con 19 tiendas que tenemos. Me parece que el mercado da para todos, por supuesto, en cuanto los clientes estén satisfechos del valor que les demos como proveedores.
— ¿Qué hacen ustedes para que la producción no genere tanta huella de carbono?
— Tenemos una aspiración de llegar a ser carbono neutral. Esto se hace en cooperación con la tecnología, las universidades y centros de certificación para ir reduciendo la huella de carbono, al mismo tiempo de satisfacer las necesidades de vivienda e infraestructura de nuestros países.
“Costa Rica tiene el mejor programa de combustibles alternos donde se pueden utilizar combustibles no fósiles para el horno de cemento, y otras adiciones para reducir la huella de carbono. Precisamente, una de las cosas que hacemos en Costa Rica es continuar con un proyecto de uso de combustibles alternos. Hay mucha tecnología para invertir en este proceso de reducir huella de carbono”.