Una inesperada crisis de reputación desvela al Fondo Monetario Internacional (FMI) y su comité directivo, quienes a pesar de ratificar a la búlgara Kristalina Georgieva en su puesto de directora gerente, también anunció medidas para “asegurar la integridad y credibilidad de los datos” en el futuro.
La incertidumbre sobre la continuidad de Kristalina Georgieva frente al FMI surgió el 16 de setiembre, ante un reporte que la señalaba como responsable de “presiones indebidas” en favor de China en 2017 en la elaboración del informe Doing Business, y se disipó durante la semana del 11 de octubre de 2021, cuando el directorio del organismo internacional le ratificó su confianza.
“El Directorio concluyó que la información presentada durante su revisión no demostraba de manera concluyente que la directora ejecutiva desempeñara un papel inadecuado respecto al informe Doing Business 2018 cuando era directora general del Banco Mundial”, dijo el grupo de 24 países, en un comunicado de prensa enviado a agencias y medios internacionales.
El acuerdo obligó a negociaciones y generó tensión: mientras que Francia, Reino Unido y Europa en general habían expresado su apoyo a Georgieva; Estados Unidos y Japón mostraron dudas sobre la conveniencia de ratificarla en su puesto.
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El caso de la economista parece zanjado, al menos por el momento, pues una declaración separada que registró el diario El País, muestra que Estados Unidos mantiene interés en darle seguimiento al tema: La secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, dijo que deben tomarse “medidas proactivas para reforzar la integridad y la credibilidad de los datos en el FMI”, y que los directivos han de reafirmar su compromiso con la transparencia en la investigación, el análisis y las políticas que se adopten.
El tono del comentario de Yellen fue el mismo del anuncio hecho por el directorio del FMI al cierre de la reunión con el Banco Mundial, el 16 de abril.
Informe y “suposiciones”
El caso contra Georgieva surgió de las conclusiones de una investigación hecha por la firma WilmerHale, a solicitud del comité de ética del Banco Mundial (BM).
El bufete analizó el rol de los directivos del BM en una supuesta manipulación de datos técnicos que perseguía la mejora de la posición de China en el ránking, la publicación más popular de la entidad. Este cambio se habría hecho con el fin de obtener fondos de Beijing aumentar el capital del Banco.
“El Directorio [del FMI] concluyó que la información presentada durante su revisión no demostraba de manera concluyente que la directora gerente desempeñara un papel inadecuado respecto al informe “Doing Business 2018″, cuando era directora general del Banco Mundial”, según el comunicado de prensa.
El FMI dijo que había realizado una revisión “exhaustiva” y “objetiva” del caso, reuniéndose un total de ocho veces. Por su parte, el BM decidió cancelar de forma indefinida la publicación de Doing Business.
Tras la resolución del directorio, Georgieva calificó el caso como “un episodio difícil a nivel personal”, y antes había definido las conclusiones del bufete como “inexactitudes y suposiciones erróneas hechas por los autores del informe”, según reprodujo AFP.
“Mientras el FMI se reúne esta semana, me siento honrada de liderar un equipo tan talentoso que trabaja incansablemente para abordar los mayores desafíos del mundo, desde la lucha contra el covid-19 hasta la lucha contra el cambio climático y la lucha contra las desigualdades económicas”, reaccionó la búlgara.
Voces como la del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz y la de Jeffrey Sachs, director del Center for Sustainable Development de la Universidad de Columbia, publicaron en diferentes medios sus temores de que Georgieva fuera víctima de un intento por cambiar el rumbo que ha tomado el FMI en sus manos, y que corría el riesgo de ser víctima de la “histeria anti Pekín”, liderada por Estados Unidos.
Durante su gestión en el FMI, la búlgara de 68 años ha puesto el foco en la desigualdad, la integración de las mujeres a la economía y el cambio climático.
Antes de sus cargos más recientes, Georgieva fue comisaria europea encargada de ayuda humanitaria entre 2010 y 2014. Y entre 2015 y 2016 fue vicepresidente de la Comisión Juncker a cargo de presupuesto y recursos humanos.
Tiene reputación de alta funcionaria enérgica y tenaz, con un carácter duro si defiende una causa “que le importa mucho”, comentó a la AFP un diplomático sobre su primer pasaje por instituciones europeas.