Luis Alonso Bonilla, director de la Policía de Control Fiscal (PCF) asegura que el cambio en la forma para atacar el contrabando generó el aumento de los decomisos de bebidas alcohólicas y cigarrillos.
El funcionario añadió que no encuentra una relación directa entre las mayores cargas impositivas y el aumento del producto ilegal confiscado en el país.
¿Por qué creció tanto el decomiso de cigarrillos y licores?
En el 2009, cuando asumí la Policía Fiscal, eran poco más de 50 funcionarios para todo el país. No había una división clara de funciones. Había una unidad de inteligencia, pero no cumplía funciones de inteligencia. Por eso, las cifras previas al 2009, son bajas.
”A partir del 2010 logramos una reorganización administrativa, se pasó a 150 funcionarios y suben los decomisos. Se hace más trabajo de inteligencia”.
En el 2012 entraron nuevos impuestos a cigarrillos y licores. ¿Tienen relación con el aumento de decomisos?
No veo una relación en el alza de los tributos y el contrabando. Más bien creo que es una mayor efectividad de nosotros.
”No creo que haya correlación. Sin tener un estudio a mano, podríamos decir que ha disminuido el consumo porque hay más restricciones para el fumado en áreas públicas.
”Las grandes tabacaleras atribuyen al impuesto un supuesto aumento del contrabando. Es una falacia. No tengo elementos de juicio para decir que ha subido el contrabando. Sí puedo decir que ha aumentado nuestra efectividad para detectar contrabando y desarticular una mayor cantidad de organizaciones”.
¿Afectó el aumento del umbral para declarar delito el contrabando, que pasó de $5.000 a $50.000?
Tenía mis reservas cuando se dio el cambio. Considero que tal vez no debe estar en los $5.000 de antes, pero tampoco en los $50.000, es demasiado alto. Para llegar a este valor, tendría que ser un contenedor grande y cargado de whisky fino.
Entonces, ¿no pasa nada con el pequeño contrabandista?
Sí pasa. Se le quita la mercancía y la sanción es el pago de dos veces el valor aduanero de lo incautado y pierde el producto. Pero esto lo tienen como pérdidas calculadas.
¿Qué se hace con los productos incautados?
Todo lo que requiere permiso sanitario y no lo trae, se destruye. Pero si cumplen con esos requisitos sanitarios, se valora si se destruye o se devuelve la mercancía una vez que se pague el valor del impuesto aduanero de lo defraudado. Si nadie reclama el cargamento, se declara en abandono y se remata.