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La fibra obtenida a partir del tallo del abacá tiene múltiples usos industriales, como papel, artesanía, papel moneda, sector automotriz, cordaje y billetes. Foto: Cortesía de Procomer
Costa Rica pretende contar con la industrialización del novedoso cultivo del abacá, una planta de la familia del banano y del plátano, pero cuyo valor comercial no está en la fruta sino en la fibra que se logra del tallo.
La fibra de esta planta se utiliza para elaborar mecate, sustitutivos del plástico y hasta las bolsas para el té y algunos usos en medicina. Sus principales destinos son para pulpa y papel, artesanía, papel moneda, sector automotriz, cordaje y billetes.
El cultivo, originario de Filipinas, ha tomado un fuerte auge precisamente por la tendencia mundial a cambiar las fibras sintéticas por fibras naturales de muy alta calidad.
En vista de la creciente demanda y las condiciones apropiadas de suelo y clima de algunas zonas del país, en especial las regiones Huetar Caribe y Brunca (sur), este cultivo es uno de los prioritarios en el programa Descubre.
Dicho programa pretende desarrollar cultivos novedosos y con mercado potencial, para diversificar la agricultura en Costa Rica. Varias entidades, como los ministerios de Agricultura y Ganadería (MAG) y de Comercio Exterior (Comex), y el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) intervienen en Descubre.
La coordinación de ese plan de relanzamiento agropecuario está a cargo de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer).
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El abacá es un cultivo rústico, adaptado a las mismas condiciones del banano, en tierras donde es posible también cosechar palma aceitera y raíces, por lo cual su impulso en Costa Rica es para la diversificación entre pequeños agricultores.
Los cálculos indican que con la siembra de entre tres y cinco hectáreas ya es suficiente para aumentar el ingreso de los pequeños productores.
Uno de los grupos que ingresó en la actividad y está a punto de obtener la primera cosecha es Agricoop R. L., una cooperativa de servicios múltiples que se ubica en la comunidad de Piedras Blancas de Osa, en la provincia de Puntarenas. Está formada por 26 mujeres y 19 hombres.
En el Caribe hay otros productores. Precisamente, seis de ellos lograron la certificación de Rainforest Alliance, en julio pasado, por medio de la Red de Agricultura Sostenible (RAS), con el apoyo de la Cooperación Alemana para el Desarrollo, GIZ.
Son los primeros productores de abacá en lograr esa certificación en Latinoamérica.
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Los socios de la cooperativa Agricoop, en Piedras Blancas de Osa, cifran en el cultivo de abacá sus esperanzas para la reactivación. Ya tienen contrato para vender a una multinacional. Foto: Cortesía
Alto potencial
Pedro Beirute, gerente general de Procomer, detalló que los análisis de mercado indican una demanda en crecimiento para el abacá, del 15% anual para ocho años (2020-2028).
El principal productor mundial es Filipinas y en Latinoamérica, Ecuador. El 87% se concentra en Filipinas y el 12% en Ecuador, en este momento. Menos del 1% es de Costa Rica, actualmente.
Las multinacionales Glatfelter, con sede en Charlotte, y Nippon Papers, de capital japonés, ya están en Costa Rica y compran la fibra seca de abacá a los productores.
Según Beirute, la tendencia global de reubicación de inversiones, por cercanía con mercados o por seguridad en los suministros, denominada nearshoring, se aplica en un caso agrícola como este.
Por esa razón, las multinacionales Glatfelter, con sede en Charlotte, y Nippon Papers, de capital japonés, ya están en Costa Rica y compran la fibra seca de abacá a los productores.
En el caso de Glatfelter, la fibra seca costarricense se empaca y ya embalada se exporta en contenedores, vía marítima, a Filipinas, donde se encuentra la planta procesadora.
En aquel país se convierte en pulpa, la cual luego es trasladada a la planta industrial en Alemania para su tratamiento y procesamiento en diferentes operaciones. En muchos casos la fibra regresa a Costa Rica en forma de papel para bolsas de té y aplicaciones similares.
Por esa razón, el programa Descubre tiene como la mayor aspiración llegar al punto de industrializar el producto en Costa Rica.
Aunque no existen datos oficiales, se estima que actualmente hay en el país unas 500 hectáreas cultivadas de esta planta de la familia de las musáceas. Esa área está en manos de unos 200 productores, en lugares como Limón, Río Frío, Sarapiquí, La Virgen, Osa y Golfito.
Las empresas multinacionales instaladas indican que al menos deben existir unas 2.000 hectáreas en producción plena de abacá para que sea rentable instalar una industria en Costa Rica, según las declaraciones de Procomer.
Mercado seguro
Tatiana Chaverri Rodríguez, presidenta del Consejo de Administración de Agricoop R.L., explicó que el cultivo de abacá es uno de los pasos fundamentales en la reactivación de esa cooperativa del cantón de Osa.
Esa agrupación data de la época de la salida de la actividad bananera de la zona sur, cuando los trabajadores se quedaron varados, sin saber qué hacer. Pero Chaverri explicó que la cooperativa sufrió varios altibajos y estuvo a punto de desaparecer, hasta que en el 2020 lograron reactivarla.
Agregó que ya tienen un contrato firmado con la multinacional Glatfelter, firma a la cual le entregarán la producción que están cerca de cosechar, pues la plantación de tres hectáreas está en su última etapa.
La primera cosecha de esta musácea se realiza entre 18 meses y 24 meses luego de la siembra. Posteriormente, se mantiene la cosecha todo el año, lo cual se considera otra ventaja para los ingresos del pequeño productor.
Los afiliados a Agricoop cultivan generalmente yuca, plátano y maíz y ahora diversifican con el abacá. Según Chaverri, la intención es que muchos más pequeños agricultores se unan a la actividad en la zona, siempre bajo la sombrilla de la cooperativa, de tal manera que se aumente el respaldo y la seguridad.
Al respecto, Beirute recordó que uno de los componentes de Descubre es el sistema de créditos, que se trabaja con el SBD. Parte de ese apoyo es el plan de fondos no reembolsables y asistencias técnicas, a través del concurso “Descubre Desarrollo de Proveedores”.
Ese plan elegirá microempresas para otorgarles hasta $18.000 en fondos no reembolsables, así como asistencias técnicas a productores agrícolas para el desarrollo de su producto y el mejoramiento de su productividad.
Los sectores favorecidos cuentan con empresas “tractor”, es decir, firmas que garantizan la exportación de los productos. En el caso del abacá, las empresas “tractor” son las dos multinacionales.