El paso de la tormenta Nate, que impactó en Costa Rica entre el 4 y el 6 de octubre del 2017, dejó como secuelas un total de ¢30.111 millones en pérdidas para el sector agropecuario nacional.
Así lo detalla el informe final pormenorizado que preparó la Secretaría Ejecutiva de Planificación Sectorial Agropecuaria (Sepsa), adscrita al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), basado en los reportes de cada región del país.
Ese recuento de pérdidas servirá de base para determinar las inversiones en reparación de infraestructura y asistencia a los productores que se realizarán con el apoyo de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
Entre los productos afectados por los vientos e inundaciones de aquella ocasión están ganado, peces, gallinas, abejas, arroz, caña, café y lecherías.
En el informe final se detallan pérdidas reportadas por todas las entidades del sector agropecuario, como el MAG, el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), el Instituto de Desarrollo Rural (Inder) y el Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (Senara).
Las únicas dos regiones del país donde no se reportaron pérdidas por el paso de esta tormenta fueron la Huetar Atlántica (Caribe) y la Huetar Norte, mientras que el impacto más fuerte se presentó para el agro en el Pacífico Central, con devastaciones estimadas en ¢11.563 millones.
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La segunda región con más impacto por el valor estimado de las pérdidas fue la Brunca (sur), con ¢7.035 millones, seguida por la Chorotega (Guanacaste), con ¢6.848 millones, según el reporte de las entidades agropecuarios luego de las inspecciones finca por finca. También hubo pérdidas en la región Central Oriental (Cartago), por ¢2.766 millones; en la Central Sur (Puriscal y otros cantones) por ¢1.064 millones y en la Central Occidental (Grecia y sus alrededores) por ¢835 millones.
Impacto múltiple
Solo en los reportes obtenidos o reportados por funcionarios del MAG, se determina una afectación de 8.973 fincas en total (6.553 fincas agrícolas, 2.420 fincas ganaderas), en 37.360 hectáreas de cultivo y con la pérdida de 67.500 animales y colmenas. El monto estimado de la afectación en actividades agrícolas, ganaderas e infraestructura interna fue de ¢20.009 millones, en el estudio del Ministerio.
El Incopesca detectó ¢841 millones en pérdidas por aquel fenómeno del clima, mientras que el Inder sumó otros ¢2.332 millones en su área de influencia, con especial afectación en infraestructura agropecuaria (instalaciones en las fincas; infraestructura vial, como caminos, carreteras y puentes, y alcantarillas.
Por su parte, el Senara detectó pérdidas por ¢6.929 millones, particularmente en inundación de fincas e infraestructura de riego y drenaje.
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La tormenta Nate generó fuertes lluvias, vientos y mareas que ocasionaron inundaciones y deslizamientos con daños y pérdidas de bienes, obras públicas, producción, impacto en el entorno ambiental del territorio, muerte, lesiones y afectación diversa en las personas y animales, en varios puntos del territorio nacional, recordó el informe presentado por Sepsa.
Los productores, en tanto, están a la espera de ayuda. En Carrillo, Guanacaste, Justo Navarrete había sembrado 40 hectáreas. "Cuando la planta estaba pariendo, nos agarró la llena de Nate", dijo el agricultor. Y lo perdió todo, según consta en las inspecciones de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz).
Producto de esa siembra del 2017, Navarrete debe ¢24 millones al Banco Nacional y otros ¢10,5 millones a un almacén de suministros. Lo que logró recolectar de las 40 hectáreas apenas le sirvió para pagar la mano de obra.
Este arrocero cultiva en terrenos alquilados, una figura muy utilizada en ese sector productivo. Por lo tanto, si el banco lo embarga puede perder la casa donde vive.
Casos como el de Navarrete afectan a decenas de productores, especialmente en la región Chorotega, por lo cual la oficina regional de Conarroz en esa zona gestionó, con los anteriores, diputados un proyecto de ley para que, por única vez, esa Corporación pueda usar recursos de sus ingresos para auxiliar a los afectados por Nate.
Luis Gerardo Corea, productor y presidente de la regional Chorotega de Conarroz, recordó que los recursos de la Corporación son aportados por los mismos productores, por lo que no habría ninguna relación con dineros del Gobierno.
El proyecto que autoriza a usar hasta ¢500 millones fue aprobado en la Comisión de Asuntos Agropecuarios de la anterior Asamblea Legislativa, pero debe ser elevado a primer lugar en el plenario para su ratificación.
El resto de productores, en tanto, debe esperar a que, por medio de la Comisión Nacional de Emergencias, se trasladen los recursos que se logren obtener para financiar los planes de asistencia diseñados por el MAG. Pero eso lleva el característico trámite estatal, pese a que hubo declaratoria de emergencia.