Vladimir Carazo
Médico
Hace un mes, les conté que estaremos mejor cuanto más equilibrio logremos entre seis componentes que enmarcan nuestra vida personal. Esos componentes son:
k Las posesiones: todos los activos que tenemos, como propiedades, dinero, chunches...
k El cuerpo: nos identifica y se reconstruye sin descanso del nacimiento a la muerte.
k La energía: es la matriz electroquímica del cuerpo, que nos anima y permite movernos, progresar, competir.
k Las emociones: buen o mal humor que nos producen los pensamientos y sensaciones, conscientes o inconscientes.
k La mente: es el sistema de comunicación interna en tiempo real, que procesa la información que nos ingresa a través de los cinco sentidos.
k El espíritu: empatía que nos conecta con los demás y con los aspectos sublimes de la Creación.
Para conservarnos saludables, cada uno de estos componentes debe estar en equilibrio con su complementario, a saber: posesiones con espiritualidad, cuerpo con mente y energía con emociones.
¿Han notado que los avaros cada vez se vuelven más insensibles a la necesidad ajena y que, al contrario, las personas más espirituales cada vez son más sensibles a las necesidades de los demás?
En la vida diaria podemos apreciar cómo una persona que se dedica a acumular posesiones, víctima de la ambición y la avaricia, poco a poco va abandonando su espiritualidad, mientras que una persona metida de lleno en la vida espiritual va descuidando sus posesiones.
¿Han visto que los fisicoculturistas extremos tienden a abandonar lo intelectual y que los “nerdos” cada vez descuidan más sus cuerpos? El fisicoculturista a ultranza tiene todo su enfoque puesto en el cuerpo y el nerdo se cobija con la maraña de sus pensamientos.
¿Han observado que las personas más energéticas controlan menos sus emociones y que las personas que son equilibradas emocionalmente tienen una energía mucho más suave y controlada? Quien da rienda suelta a sus emociones, desestabiliza su red electromagnética y quienes , a través de respiración, meditación y oración disciplinadas, modulan su red, automáticamente van apaciguando su vida emocional.
Conviene balancear nuestros pares de opuestos para llevar una vida equilibrada y saludable. Y siempre observar para aprender.