La algarabía reinó, la noche de este sábado, en el aeropuerto internacional Juan Santamaría, en Alajuela, por la llegada de Daniel León, el niño que se sometió hace casi un año a un trasplante de médula ósea en los Estados Unidos.
A las 9 05 p. m. y con el grito de "Dani, Dani", familiares, amigos y compañeros de la Escuela Tricolor Bilingüe de San Rafael de Moravia estallaron júbilo y emoción al verlo pasar por la puerta de desembarque.
Entre los presentes se encontraba su abuelo paterno, Martín León, quien agradeció las grandes muestras de cariño que los costarricenses le brindaron a su nieto desde el inicio del procedimiento.
"Estamos muy emocionados. Casi un año de no verlo. Siempre tuvimos el presentimiento de que todo iba a salir bien. Es muy lindo tenerlo de vuelta”, aseveró.
Daniel, de 11 años y quien padece una enfermedad congénita y poco común llamada "Aplasia pura de la serie roja" (Diamond Blackfan Anemia), enfrentó una cirugía de nueve horas, el 18 de agosto del año pasado, en el Hospital de Niños de Cincinnati.
Su padecimiento es catalogado como una enfermedad muy rara. Según datos del Hospital Nacional de Niños, atienden un caso similar cada cinco o seis años.
En Costa Rica, todas las opciones de tratamiento viables se agotaron. Entonces, para poder realizar la cirugía en Estados Unidos, su familia emprendió un intenso proceso de recaudación de $1 millón (más de ¢575 millones), monto de la intervención.
Carteles de apoyo
Sus compañeritos José Enrique Lizano y Sebastián Bolaños Vargas, ambos de 11 años, confeccionaron cárteles para darle la bienvenida.
"Pensamos mucho en nuestro amigo Dani todo este tiempo, ya que hemos crecido con él. Nos hicieron mucha falta las bromas y las risas. Fue feo que por una enfermedad tuviera que irse", comentó Lizano.
"Dani nos daba muchas ideas, gracias a él somos un grupo de seis amigos. Siempre ha sido el punto central de todos. La idea de traerle carteles surgió hace varias semanas, por lo que nos reunimos en una casa para hacerlos", explicó Bolaños.
Con lo que no contaba Dani era que incluso su perra, Gidget, de dos años, había llegado a recibirlo. Al acercarse a ella la tocó con cariño, mientras se abría campo al lado de sus padres, Zaida Calvo y Alexánder León.
"Tenemos que evitar un poco cuando hay mucha gente, mientras se le ponen las vacunas durante los próximos seis meses. Va estar en control en el Hospital Nacional de Niños. Médicamente regresó mejor de lo que se esperaba. Nos asombró mucho las muestras de cariño de todos los que llegaron", relató su madre.
Mientras aguardaba la llegada del vehículo que lo llevaría hasta su casa en Moravia, una caravana de automóviles que lo esperaba sonó sus pitoretas, lo cual le llamó la atención.
Daniel portaba un cubrebocas amarrado a su rostro y una camiseta del Capitán América, así como un broche que decía "Make a wish" (pide un deseo).