Dos mujeres de la misma edad pueden recibir la noticia de tener cáncer de mama el mismo día. Sin embargo, es muy probable que el tratamiento para cada una sea muy diferente. Esto no solo depende de cuán avanzada esté la enfermedad, también de la “biología” del tumor, es decir, de sus características moleculares y de cómo se ha ido adhiriendo al tejido mamario.
La ciencia avanza y desde hace años puede detectar marcadores biológicos o biomarcadores, sustancias (pueden ser moléculas, células, variantes genéticas o proteínas) que determinan tipos diferentes de tumores de mama y formas diferentes de tratarlo. Con el paso de los años, la ciencia ha avanzado lo suficiente como para crear tratamientos específicamente diseñados para cada uno.
“El cáncer de cada persona tiene un conjunto único de biomarcadores. Algunos biomarcadores afectan la forma en que funcionan ciertos tratamientos de cáncer”, explicó Thomas Hofmarcher, investigador del Instituto Sueco de Economía de la Salud (IHE por sus siglas en inglés) durante su ponencia en el 20.° Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, del cual La Nación fue parte.
El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés) destaca que los biomarcadores se llaman marcadores tumorales, sustancias en las células cancerosas o en otro tipo de células del cuerpo que están presentes o se producen en respuesta al cáncer o a algunas afecciones no cancerosas. El marcador tumoral ofrece información, como el grado de malignidad, los tratamientos que podrían servir o si el cáncer responde al tratamiento.
¿Cómo son estos marcadores?
Receptores hormonales de estrógeno y progesterona. Según la Asociación Estadounidense del Cáncer, los receptores son proteínas que se encuentran en el interior de las células o sobre ellas y que se pueden unir a ciertas sustancias de la sangre. Hay dos tipos: estrógeno (ER) y progesterona (PR).
Las células del cáncer de seno pueden contener uno, ambos o ninguno de estos receptores. Impedir que el estrógeno y la progesterona se adhieran a los receptores puede ayudar a evitar el crecimiento del cáncer y su propagación. Se pueden usar medicamentos para lograr esto.
Her 2. Su nombre completo es factor de crecimiento epidérmico humano 2. Es una proteína en el exterior de todas las células mamarias que promueve el crecimiento. Sin embargo, cuando un cáncer tiene más proteínas de las necesarias puede avanzar más rápido que otros tipos de la enfermedad.
Ki67. Este biomarcador es menos conocido por la población. Es una proteína reguladora del ciclo celular asociada a la proliferación de las células tumorales.
Las clasificaciones
Según los receptores hormonales, los tumores de mama se dividen en cuatro:
Luminal A. Hofmarcher explicó que este grupo incluye tumores que son positivos para el receptor de estrógeno y para el receptor de progesterona, pero negativos para el Her 2. Las pacientes con cáncer de mama luminal A tienen probabilidades de beneficiarse de los tratamientos hormonales y también de la quimioterapia. Es un cáncer con un pronóstico positivo.
Luminal B. Según la Clínica Mayo, este tipo incluye tumores que son positivos para el receptor de estrógeno, negativos para el receptor de progesterona y positivos para el HER 2. En estos casos pueden responderse con quimioterapia, terapia hormonal y los medicamentos específicos para HER2.
Her 2 positivo. Tiene receptores para hormonas negativas, pero las células cancerosas tienen copias extra del gen que produce la proteína HER 2. Tienden a ser más agresivos que otros tipos de cáncer de mama, pero los medicamentos destinados específicamente a esta proteína funcionan bien. En estos casos es vital la detección y diagnóstico temprano.
Triple negativo. No tiene receptores para estrógeno, tampoco para progesterona ni para Her 2. Tiende a crecer y propagarse más rápido, resultando en menos opciones de tratamiento, así como un peor pronóstico No puede beneficiarse de medicamentos específicos, pero sí de extirpaciones del tejido mamario, quimioterapia y radioterapia. Estos cánceres tienden a ser más comunes en mujeres menores de 40 años de raza negra o que tienen una mutación en un gen BRCA1, que está relacionado con un riesgo mayoritario de cáncer de mama.
Detección y diagnóstico son clave
Independientemente del tipo de cáncer, Hofmarcher fue enfático en que para tener un mejor pronóstico y mayor calidad de vida es necesario comenzar con una detección y un diagnóstico temprano.
Su más reciente estudio de Economía de la Salud vio que la primera barrera que tienen las mujeres es el miedo a estar enfermas y eso hace que retarden una mamografía e incluso un autoexamen.
Después de esto vienen problemas para acceder a un diagnóstico, cuando las mujeres que no tienen los recursos deben esperar meses por los resultados de su mamografía o de un examen para su tipo específico de cáncer.
Y, finalmente, el acceso a tratamientos más específicos, especialmente en los países de más bajos recursos, hace que muchas mujeres que podrían tener una esperanza mueran en el camino.
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