Después de cuatro días de disertar sobre cómo diseñar espacios y edificios accesibles para todos, el jurado de la XII Bienal Internacional de Arquitectura eligió los proyectos ganadores.
El anuncio se hizo anoche durante la ceremonia de clausura en el Auditorio Nacional.
Como el tema central del certamen, organizado por el Colegio de Arquitectos de Costa Rica, era “arquitectura para todos”, el jurado prestó especial atención a las características de accesibilidad universal en los proyectos.
Así, el Gran Premio Internacional de la Bienal fue para el Gran Museo del Mundo Maya de Mérida , diseñado por los arquitectos Ricardo Combaluzier, Enrique Duarte, William Ramírez y Josefina Rivas.
Con un área construida de 22.604 metros cuadrados, el diseño está inspirado en el árbol sagrado de la ceiba, un elemento recurrente en la visión maya sobre la creación del mundo.
“Esta magnífica y singular pieza arquitectónica, cargada de simbolismo, originalidad y carácter, resulta una expresión contemporánea de lo que los mayas veneraron”, dice el acta del jurado.
Los jueces destacaron, además, que “la accesibilidad universal está presente en todos sus espacios”.
El Gran Premio Nacional recayó en el complejo turístico Río Perdido, en Bagaces, Guanacaste, obra de Rafael Cruz y Esteban Calvo. La propuesta arquitectónica se basa en el respeto y armonía ante la naturaleza; por eso, su diseño tiene como punto de partida las características topográficas de la zona.
Los materiales utilizados se seleccionaron de acuerdo con su función más que por criterios meramente decorativos: vidrio y el metal expuesto, concreto, caña brava, madera de teca laminada y piedra.
“Resulta una excepcional obra arquitectónica, integrada en una imponente reserva natural privada de 240 hectáreas, un ‘círculo que enmarca la península rocosa en donde confluyen el agua fría y caliente’”, destacó el jurado, integrado por Alberto Negrini, Eduardo Elkouss, Gustavo Aguilar y María de los Ángeles Barahona.
El Gran Premio Estudiantil fue otorgado al proyecto “Territorio emergente, regenerador de tejidos” de Daniela Céspedes y Alicia Palaco, alumnas de la Universidad Véritas.
Según el jurado, este proyecto “busca una solución a una necesidad actual muy compleja de los barrios informales marginados de la ciudad. La solución planteada es una propuesta que yuxtapone diversos parámetros que buscan generar tanto vida urbana como vida familiar”.
Para este premio, el jurado estuvo conformado por los arquitectos Ofelia Sanou, Adolfo Blanco, Karin Nagel, Javier Rojas y Laura Soto.
El Premio Nacional de Arquitectura Arq. José María Barrantes, que reconoce la trayectoria y aporte a la arquitectura tica, galardonó a Rafael Ángel Felo García, también premio Magón en el 2008 .
García fue uno de los fundadores del colegio profesional que los agrupa (1971) y de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica (1971).
Entre sus obras arquitectónicas destacan las escuelas Fidel Chaves de La Ribera de Belén (1952) y la Rafael Moya de Heredia (1960), el Palacio Municipal de Santo Domingo de Heredia (1953), el auditorio del Colegio Castella en Sabana Norte (1959) y el puesto fronterizo de Peñas Blancas (1960), en La Cruz, Guanacaste.