Cuando las latas, botellas y cajas de cartón se acumulan en algunas casas y negocios en playa Guiones de Guanacaste, saben justamente quienes son las personas a las que deben contactar: Silvia González y su hijo Nicholas, de 3 años.
Desde hace seis meses, madre e hijo dieron vida a un pequeño proyecto de recolección de desechos reutilizables, los cuales separan en el jardín de su casa, para luego entregarlos a un centro de acopio local.
La iniciativa surgió en la mente inquieta y creativa de González, una diseñadora de interiores de 31 años, quien es originaria de Heredia, ante la necesidad de encontrar una alternativa que le permitiera entretener a su hijo y a la vez, ayudarle en su aprendizaje.
Por medio de esta actividad, que se ha transformado ya en un hábito, Nicholas, a su corta edad, ha comprendido la importancia de que cada persona aporte su granito de arena en el cuidado del planeta Tierra.
Hace cinco años, tras contraer matrimonio, la joven tomó la decisión de trasladarse de la provincia de las flores al destino guanacasteco y entonces, tuvo que replantear su estilo de vida.
“Crecí en la ciudad, donde siempre es ajetreado, uno corre de un lado y para el otro; desde que me casé y me vine para acá el ritmo pasó a ser más despacio”, relató.
A esto se sumó la llegada del primero de sus dos hijos, Nicholas. Tener un pequeño en casa puso a la joven madre a pensar en posibles lugares cercanos donde el niño pudiera jugar y pasar el rato, sin embargo, según ella, las opciones son bastante limitadas en la zona.
“Conforme Nicholas crece, no hay muchos lugares donde él pueda ir, no hay como un parque de juegos, solamente la playa o la piscina, pero eso solo lo entretiene por un rato, luego ya se aburre”, dijo la joven
Así fue como surgió la idea de ocupar el tiempo libre haciendo algo significativo y aleccionador, eso sí, de una manera divertida.
“Una tarde le dije: ‘Nicholas venga, vamos a hacer algo, esto es súper importante, vamos a empezar a reciclar para no botar las latas al basurero’”, recordó.
Un esfuerzo artesanal
El proyecto lo iniciaron únicamente con los materiales que se encontraban en la casa; Nicholas tenía a su cargo remover las argollas de los envases de aluminio para evitar que se lastimara, mientras que su madre aplastaba las latas con un pedazo de bloque de cemento o con su pie.
Sin embargo, ahora cuentan con una herramienta artesanal, construida por una persona que realizaba trabajos en ese hogar y que vio con preocupación lo que Silvia hacía.
“Me dijo que me podía lastimar y se ofreció a hacerme un pisón", detalló.
La herramienta fue creada a partir de un tronco de madera, que era utilizado en una de las cercas de la vivienda.
Cuenta a los lados con otras dos piezas (también de madera), las cuales se encuentran clavadas y permiten alzar el instrumento rústico para dejarlo caer sobre los envases y aplastarlos de forma perfecta.
'La ganancia no está en lo económico'
La iniciativa no ha pasado desapercibida entre los amigos y familiares de González. Incluso una vecina, al percatarse del proyecto de reciclaje, se ofreció a llevarle las latas que dejan los turistas en las casas de alquiler que ella limpia.
Aun así, existen personas que consideran que el esfuerzo realizado por madre e hijo no recibe la retribución que merece, algo que no comparte la joven herediana, pues ella cree que el beneficio va más allá de una compensación económica.
"Mi familia me dice que muy bien la iniciativa de reciclar, pero que nunca voy a recibir la recompensa por tanto esfuerzo. Muchos lo ven como algo loco", comentó.
"Para mí la ganancia económica no es fundamental, uno no lo hace por eso, lo hice para pasar un buen rato y enseñarle algo productivo a mi hijo, ya él sabe que el planeta no está para seguirlo ensuciando", añadió.
González también decidió aprovechar este proyecto para enseñar a su hijo sobre el valor del trabajo, por ello, cada cierto tiempo echan una determinada cantidad de dinero a la alcancía de Nicholas, por el tiempo que el menor invierte reciclando.
El entusiasmo del niño es tal que la madre, en más de una ocasión, ha tenido que detenerse en media calle a petición de su hijo, al observar una bolsa con latas tirada.
"Sí lo he hecho, sí he parado mi carro, me he parqueado y si la bolsa está limpia solo con latas la juntamos y la traemos", contó.
Silvia y Nicolas continúan comprometidos con la iniciativa, a la que pronto se podría sumar el más reciente integrante de la familia: Morrison quien nació hace menos de un mes.